Balart trabaja en series, de las que se presentan en esta exposición Conjuntos No Vacío (1979-1980), Serie del Espacio (1981), Espectro de Color (1982), Ritmos (1982), Estructura de Luz (1985) y Desarrollo Cromático del CEL (1988-1989).
Estas series están compuestas de cuadros, que él denomina “proposiciones”, donde explora las numerosas posibilidades que ofrece la forma plástica planteada en la serie en la cual está trabajando. La geometría preside todas sus obras, pero no es la protagonista.
Al igual que Josef Albers en sus Homage to the Square, usa formas geométricas muy sencillas, para que ellas mismas se diluyan a favor de los efectos producidos por combinaciones cromáticas y sus interacciones rítmicas, fruto de un movimiento energético donde la luz es el origen. Como escribe el propio autor, “la luz es la génesis de los colores, y éstos su atributo, y al mismo tiempo su estructura medidas en longitudes de onda y frecuencia”.
- Con motivo de la muestra se ha publicado un catálogo que incluye textos de Ángel Llorente y María José Gutiérrez, grandes especialistas en la obra del artista.
Experiencia plástica
El interés de Waldo Balart por el arte se despierta en la década de los 50 mientras realiza sus estudios de Economía en la Universidad de La Habana, pero su vocación no llega hasta la década de los 60, cuando, una vez instalado en Nueva York, frecuenta el ambiente artístico y se forma en la Escuela de Arte del MoMA. Se introduce de lleno en el ambiente artístico de la ciudad, compartiendo una gran amistad con Andy Warhol y su círculo. Su arte, sin embargo, lejos de encaminarse por las sendas del Pop Art, se dirige hacia el constructivo concreto, estética que ha presidido su trayectoria hasta la actualidad.
El artista considera su obra como una experiencia puramente plástica sin conexión alguna con la realidad, un mensaje opuesto al que otros artistas coetáneos pretendían transmitir a través del Pop Art, el Arte Conceptual o el Realismo Social. Su punto de partida es el grupo Art Concret que fundó Theo Van Doesburg en París en 1930. A principios de los años 70 se instala en Madrid, donde ha desarrollado una intensa actividad artística y expositiva, convirtiéndose en uno de los puntos de partida y sin duda uno de los referentes del arte geométrico en nuestro país.