La muestra aborda, desde el año 2000 hasta la actualidad, los paisajes y entornos urbanos, sociales, antropológicos y arqueológicos en países destruidos y empobrecidos por las guerras, la herencia poscolonial, la voracidad depredadora de las compañías de gas y de petróleo y la especulación energética de las potencias mundiales, el terrorismo y la violencia de los estados y de las luchas locales, políticas y religiosas.
Comisariada por Piedad Solans, en la muestra se reúnen 28 obras de las artistas Lida Abdul, Tamara Abdul Hadi, Zoulikha Bouabdellah, Amina Benbouchta, Gohar Dashti, Rena Effendi, Yara El-Sherbini, Mariam Ghani, Kinda Hassan, Larissa Sansour, Parastou Forouhar, Elnaz Javani y Raeda Saadeh; que proceden de Afganistán, Argelia, Azerbaiyán, Egipto, Emiratos Árabes Unidos, Irán, Líbano, Marruecos y Palestina.
Todas ellas han conocido, a través de su propia memoria, la de sus familiares y la de sus pueblos, las migraciones forzadas, el colonialismo, la guerra, el exilio, la condición de refugiadas y la extranjería. Pero también poseen el conocimiento de las grandes civilizaciones, la riqueza antropológica de las comunidades, las medinas y las ciudades antiquísimas, las grandes rutas comerciales y los cruces nativos y territoriales, los espacios inmensos y la diversidad étnica, antropológica y lingüística.
Sin embargo, estas artistas no aceptan ser víctimas. Desde sus posiciones fronterizas y su experiencia de la migración y los conflictos muestran la inagotable resistencia de sus países para permanecer, adaptarse y subsistir. Denuncian la violencia y la injusticia, la explotación y el desamparo de las personas vulnerables, la destrucción de sus culturas y de sus tierras por los poderes locales y las potencias mundiales. Y muestran la inagotable capacidad de resiliencia de las personas para sobrevivir solidariamente en condiciones adversas.