Estas obras de pocos personajes, de carácter cómico, denominadas en términos operísticos “zarzuelas de cámara”, alcanzarían su mayor popularidad alternando con los millares de sainetes asociados al término “género chico”. En este primer festival, que se celebra en el Centro Cultural de la Villa Fernán Gómez [1], se presentan dos zarzuelas: El Barbero de Sevilla y La Gallina Ciega, además de diferentes charlas, conciertos y una exposición en el vestíbulo del teatro.
El Barbero de Sevilla
El Barbero de Sevilla, con música de Manuel Nieto y Gerónimo Giménez y libreto de Guillermo Perrín y Miguel Palacios, estará representada por Producciones La Folía (del 7 al 17 de mayo). Es una obra idónea para el pequeño formato. Obra coral, en el sentido actualizado del término, aunque carezca de coro, de orquestación apropiada a la adaptación camerística, y actual en su relato de amores, desamores, verdades, engaños y conveniencias, dentro del eterno espacio del teatro en el teatro, esta vez desde una perspectiva doméstica.
La propuesta escénica se plantea en la España de los 40, y el enredo original se enreda notablemente entre las circunstancias propias del momento histórico. El añadir algún fragmento de algunas obras de Giménez, de Nieto y del propio Barbero Rossiniano, hacen que el espectáculo se presente de forma dinámica y divertida. Coincide con el centenario de Manuel Nieto, colaborador de Giménez en la obra, y autor notabilísimo de zarzuela, solo o en unión de los principales autores contemporáneos.
La Gallina Ciega
La gallina ciega, que estará en el Fernán Gómez del 21 al 31 de mayo de la mano de la Compañía Ópera Cómica, pertenece al grupo de obras compuestas por Fernández Caballero a la vuelta de su estancia en Cuba. Precedida por El primer día feliz (1872) y El atrevido en la corte (1872), ambas estrenadas en el Teatro de la Zarzuela, que ansioso por encontrar nuevas firmas de éxito, daría con La gallina ciega.
Con libreto de Miguel Ramos Carrión, la obra mantiene un equilibrio entre el vínculo italianista característico del alumno de Hilarión Eslava y, por otro lado, el gran zarzuelista capaz de adaptarse a las demandas hispanas, tras asumir las lecciones de Barbieri y Gaztambide.