Brian Eno, músico, productor y artista inquieto, recomienda al espectador sentarse con calma en los sofás habilitados para poder disfrutar de la obra y abandonarse a ella. El visitante queda así sumido en la quietud y en ese trance hipnótico ve evolucionar ante sí lo que tiene delante. Todo este universo se acompaña de una música ambiental de Eno que también transcurre por su propio cauce, tomando con libertad los caminos de la reproducción aleatoria.
Doce monitores de pantalla plana formando una sugerente figura y música ambiental son las herramientas a través de las cuales el artista crea esta original pieza que ofrece al público una nueva obra cada día.
La exploración de la luz como medio artístico es la base de un proyecto que aborda las posibilidades estéticas del arte generativo. La instalación 77 million paintings cambia en cada ciudad que visita, experimentando nuevos planteamientos según los espacios que la acogen.