Cuando Diego de Pantoja llegó a China, la dinastía Ming (1368-1644) se encontraba en su recta final. En aquel momento el emperador era Wan Li (1563-1620), quien permitió la entrada de las primeras misiones cristianas encabezadas por Ricci. Tras casi dos décadas en Pekín, el jesuita español tuvo que exilarse a la colonia portugesa de Macao –al sureste de China–, donde murió.
La estela de este pionero de la sinología y de la relación cultural y comercial entre China y España motiva el homenaje y la sucesión de eventos que tienen a España y China como protagonistas. Ambos países establecieron relaciones diplomáticas en 1973, y desde 2006 funciona el Instituto Cervantes en Pekín –el más grande de la institución.
Las actividades culturales se iniciaron en diciembre en Pekín, con la presentación de sendos libros: La Sinología en España (1552-2016), de Zhang Kai; y Escritos de Diego de Pantoja, SJ, con textos originales y traducidos. Además, del 29 al 31 de mayo se celebrará el ciclo musical El clave del emperador, en referencia a quien introdujo el primer clavicordio en la Ciudad Prohibida. Otro de los eventos serán los itinerarios pantojianos, con visitas guiadas por las zonas por las que discurrió, así como la tumba de Mateo Ricci, la catedral de la Inmaculada Concepción de Nantang y el antiguo observatorio de la capital china.