Este edificio, primera fortificación que construyeron los castellanos en las islas (1478), es, gracias al proyecto de los arquitectos Fuensanta Nieto y Enrique Sobejano [1], un espacio polivalente cuya principal función es «contextualizar, catalogar y difundir la obra del maestro», explica Jesús María Castaño, director de la Fundación. Para ello, el escultor ha elegido 25 trabajos de su colección privada que suponen un repaso a su trayectoria y se integran en el espacio con total naturalidad. Chirino ha cedido estas obras en depósito al Ayuntamiento, que se ha propuesto ir adquiriéndolas y con el tiempo aumentar este legado.
El escultor regresa a su hogar como pensador y artista, como artesano y hombre cultivado tras lo que él ha llamado «un viaje iniciático» que emprendió hace muchos años, recordando al que hizo Ulises, «me hace feliz inaugurar esta Fundación con la que se quiere conseguir que Canarias sea un referente cultural, no sólo en España, sino en el mundo».
Trabajar por la excelencia
La idea surgió hace nueve años, en los que debido a una intervención arqueológica, la crisis económica y las quejas de algunos vecinos, el proyecto sufrió múltiples altibajos. A pesar de todo, «vamos a abrir las puertas al público y los vamos a hacer partícipes de toda nuestra programación. Queremos que la Fundación esté por y para la sociedad», ha asegurado Castaño. Por eso, los primeros meses de andadura la entrada será gratuita, tras lo cual adoptará un módico precio que aún no se ha fijado.
La Fundación ha sido concebida, según las palabras de Chirino, como «un organismo vivo de difusión artística y cultura, una plataforma integral para la reflexión y el debate». A partir de ahora se va a trabajar en una programación que incluya foros, debates, cursos, monográficos, exposiciones… «Tenemos una sala polivalente muy reducida pero la tesis que nos marca el maestro es trabajar por y para la excelencia, pero intentando que tenga un gran alcance».
Esta programación, como siempre ha ocurrido en la obra del artista, girará en torno a Canarias: «Vamos a intentar recuperar un poco la filosofía que hizo el maestro en el CAAM [2], Canarias para el mundo, y recuperar esos hitos de la historia que han formado parte de la historia universal del arte». Pero, además, continúa el director, en esta programación «queremos que aparezcan esos momentos en los que Chirino ha participado con otras vanguardias o con otros grupos, ya que no podemos negar su pertenencia al grupo El Paso, y habrá que hacer algo relacionado, pero también sobre dónde vivió, cómo se formó. Tenemos que partir del modernismo de Néstor, seguir por el surrealismo que se produjo en las islas a través de la llegada de Breton. Tenemos que hablar de sus compañeros de viaje, como Millares, y también de sus coetáneos».
Acero, hormigón y caliza
Los arquitectos Nieto y Sobejano han sido los encargados de la rehabilitación del Castillo de La Luz. El trabajo ha consistido en encajar la fortaleza original en los nuevos usos del museo agregando tres materiales originales que han conseguido reforzar el valor autónomo de los muros. Estos son el acero, que se ha empleado en todas las partes no estructurales, entre las que destaca la valla que rodea la fortaleza; el hormigón blanco, para los nuevos elementos estructurales, evitando tocar la piedra original; y la piedra caliza, para los suelos.
El equipo de Nieto y Sobejano, poseedor de una larga lista de prestigiosos galardones nacionales e internacionales, ha trabajado en la recuperación de áreas del interior ocultas o semienterradas, consiguiendo una mágica sensación de amplitud pero conservando el valor histórico del edificio.
Artista sobresaliente
Martín Chirino (Las Palmas de Gran Canaria, 1925) es uno de los escultores españoles más sobresalientes de las últimas décadas. Inicia su formación en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando en Madrid (1948) y recibe la influencia directa del escultor Manuel Ramos. Completa sus estudios en París, donde conoce la obra de Julio González. En 1958 realiza su primera exposición individual y se integra en el grupo El Paso, junto con Saura, Canogar, Feito, Millares, Ayllón, Juana Francés, Serrano, Suárez y Rivera.
A partir de 1967 realiza proyectos monumentales en EE.UU. Ha obtenido diversos galardones, como el Premio Nacional de Artes Plásticas (1980) y la Medalla de Oro de Bellas Artes (1985). Es, además, el principal inspirador del Centro Atlántico de Arte Moderno (CAAM) de Las Palmas de Gran Canaria.
Su obra se exhibe en los museos más importantes del mundo, como el Metropolitan Museum of Art y el Guggenheim de Nueva York, el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía en Madrid o el Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona.