El Pabellón pretende aportar una visión muy libre de Dalí desde la óptica del siglo XXI, sin necesidad de una aproximación histórica a su figura ni de mostrar sus obras. «Se presenta a un Dalí capaz de generar performances, que se mueve por los platós de televisión… Es el Dalí transparente, es el sujeto Dalí y el mundo que gira a su alrededor», explica Manen. A través de entrevistas, de palabras, del propio sujeto, se presenta al artista con otras voces, artistas vinculados conceptualmente y entre sí. Un punto de partida desde la sensualidad del sujeto-personaje para pasar a otros sujetos que también permitirán lecturas extraordinarias.

Salvador Dalí se contextualiza en la actualidad entendiéndose como un artista que comprendía y sabía cómo utilizar a los medios de comunicación, un artista en constante simbiosis entre lo público y lo privado. Por eso se percibirá al artista a la entrada del Pabellón de España como un perfume, un fantasma o una visión, porque estará presente en la atmósfera. Cabello/Carceller, Francesc Ruiz y Pepo Salazar presentan tres propuestas artísticas con un lenguaje internacional pero atentas a los modos de hacer del arte contemporáneo en España.

Este proyecto de Manen fue elegido el pasado mes de noviembre por el Ministerio de Asuntos Exteriores frente a las propuestas presentadas por Juan de Nieves y Gerardo Mosquera, y se pone en relación con la Declaración para la independencia de la imaginación y los derechos para la propia locura de Salvador Dalí (1939).

Identidad, surreal y sensual

El equipo formado por Cabello y Carceller ha desarrollado su propuesta artística alrededor de la idea de identidad múltiple y la posibilidad de indefinición. Su trabajo, performativo, fílmico y mediante instalación, se ha grabado en un Pabellón de España vacío. La pieza habla a partir de posiciones feministas y del pensamiento queer, que pueden permitir un sorprendente acercamiento crítico a aspectos íntimos de la vida de Dalí, de la imposición social, la voluntad de modificación, la lucha personal como cambio, la recuperación de mitos y la necesidad de una revolución desde la indefinición.

Por su parte, la obra de Francesc Ruiz creará un lugar para la narrativa surreal y sensual a través del cómic como contexto de trabajo. Su presentación será doble ya que, además de su obra en el interior del pabellón, Ruiz ocupará todos los Giardini de la Bienal de Venecia durante la primera semana, ofreciendo a los visitantes cómics en los que se recuperarán algunos personajes perdidos, como son algunas figuras gay en los medios populares. La importancia que tuvieron en la vida de Dalí los medios escritos, con su periódico propio (Dalí News) o la participación en revistas, estará también presente.

Pepo Salazar presentará una obra acorde con su modo de trabajar, es decir, de modo atomizado, mezclando momentos, tipología y creando un marco en el que todas las opciones son posibles. Al igual que Dalí, Salazar amplía la capacidad de acción artística desde la superación de las normas y desde un profundo conocimiento sobre qué significa el arte. Su espacio en el pabellón plantea una dificultad de acceso como opción sensual, el peso lingüístico de los materiales y el impacto como estrategia.

El Pabellón cuenta en esta edición con un presupuesto de 400.000 euros, al igual que el año anterior, según ha informado Itziar Taboada, directora de Relaciones Culturales y Científicas de la AECID.

 

Entrevistas

La lectura de Dalí en el Pabellón de España se completa con una serie de entrevistas que el propio Martí Manen ha realizado a Montserrat Aguer, directora del centro de Estudios Dalinianos de la Fundació Gala-Salvador Dalí, Manuel Borja-Villel, director del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, y Vicente Todolí, director de la Tate Modern cuando se presentó la exposición Dalí & Film.

Estas entrevistas ofrecerán una visión poliédrica del artista desde el presente pero tomando como punto de partida crítico, entre otros, sus viajes a Estados Unidos y su contacto con la herramienta de la propaganda franquista.