El Bosco. La exposición del V centenario, que reunió más del 75% de la producción conservada del maestro flamenco y contó con extraordinarios préstamos, como el Tríptico de las tentaciones de san Antonio Abad del Museu Nacional de Arte Antiga de Lisboa, el Cristo camino del Calvario de Patrimonio Nacional, la Coronación de espinas de la National Gallery de Londres o el dibujo del Hombre-árbol de la Albertina de Viena, se unieron en esta muestra a la colección del Museo del Prado, la más numerosa, con obras maestras como El jardín de las delicias, el Carro de Heno o la Adoración de los Magos.
A partir del viernes, estos trípticos volverán a poder visitarse integrados en el discurso de la colección permanente en la sala 56 A, que se dedicará en exclusiva al maestro flamenco, con un montaje expositivo que singularizará más el carácter de los trípticos al permitir contemplar tanto el anverso como el reverso de sus laterales.
La nueva instalación de pintura flamenca de los siglos XV y XVI enfatiza la importancia de sus principales artífices, otorgando al Bosco por primera vez un espacio exclusivo (sala 56 A) y dedicando otra sala (55 A) a Joachim Patinir y Pieter Bruegel el Viejo. El nuevo montaje hace asimismo hincapié en la magnífica pero no siempre destacada colección de pintura de la segunda mitad del siglo XVI, con Antonio Moro como principal representante (sala 56).