Las nuevas salas se sitúan en dos laterales del patio del Colegio de San Gregorio, la sede principal del Museo, y proponen una mirada temática que hace un paréntesis en el recorrido cronológico e invitan a disfrutar de nuevas perspectivas sobre la historia cultural y artística de Valladolid y de nuestro país a través de pequeñas historias y anécdotas.
Un colegio renancentista…
El primer conjunto de salas gira en torno a la llamada, Memoria del Museo, que se hace eco de las últimas tendencias museológicas, dando voz a la trayectoria histórica de estas instituciones. Textos, documentos, imágenes, obras de arte, filmaciones van desgranando los sucesivos episodios del Museo Nacional de Escultura: los más remotos, vinculados a la excepcional personalidad de su sede, un colegio renacentista para teólogos y una de las más bellas arquitecturas españolas; y ya en los (casi) dos últimos siglos, al nacimiento y trayectoria de un museo provincial, primero, y luego nacional, estrechamente cosido al territorio local, pero también a las convulsiones de la historia de España, a las ambiciones, límites y paradojas nacionales, a las guerras ganadas y perdidas
Y también su vida interna: los cambios en la organización de sus espacios expositivos, su discurso patrimonial, su evolución bajo la mirada del público, la impresión que ha dejado en los viajeros que lo han visitado, su fuerza como objeto de inspiración en otros creadores, el devenir a veces azaroso de sus colecciones, la personalidad de sus equipos humanos, su eclosión innovadora de los últimos treinta años.
Luces domésticas
El segundo conjunto de salas de Arte y vida privada proponen una mirada sobre el coleccionismo en su dimensión más íntima, característica de gabinetes aristocráticos, casas burguesas, celdas monásticas o bibliotecas ilustradas que favorecían una degustación solitaria del arte al margen de los grandes conjuntos procedentes de encargos oficiales y públicos.
Este nuevo espacio de proporciones y luces domésticas, traduce la emergencia del humanismo renacentista y la personalidad del individuo moderno que se proyecta sobre sus objetos y posesiones, en una vinculación íntima, personal y nunca antes experimentada.
El proyecto museográfico de las nuevas salas del Museo Nacional de Escultura ha sido realizado por el equipo de arquitectos Nieto Sobejano, que en el 2007 recibió el Premio Nacional de Restauración y Conservación de Bienes Culturales por la rehabilitación del Colegio de San Gregorio.