El lienzo, según ha explicado Consuelo Luca de Tena, directora del museo, permenecerá expuesto al público hasta el próximo 1 de febrero, fecha a partir de la cual se someterá a un tratamiento de conservación y restauración, para posteriormente volver a las salas, donde se expondrá junto al retrato de su hermana.
La adquisición de esta obra enriquece la importante colección de retratos familiares que conserva esta institución, y se relaciona especialmente con el retrato que Sorolla hizo en 1890 a Clotilde, su mujer y hermana del retratado, de similares características, también vestida de negro sobre fondo claro.
Sorolla realizó este retrato de su amigo y cuñado en 1887, a quien lo dedicó: “A mi querido amigo Tono”. El joven aparece elegantemente vestido con el traje de etiqueta que llevó en su boda con María Banús. Tanto en la técnica como en las referencias visuales, Sorolla dibuja un rostro nítido, utiliza su mejor carácter pictórico en el tratamiento de tonalidades del traje negro y en el fondo claro que inunda de luminosidad el cuadro y que recuerda a la retratística de Emilio Sala y la estética fin de siglo.
Desde Estados Unidos
El Museo Sorolla ha presentado cinco cuadros más del pintor valenciano que recientemente han sido depositados en la institución por varios coleccionistas particulares y que permanecerán expuestos temporalmente. Como explica Luca de Tena, «estos depósitos enriquecen mucho a la colección porque la complementan e interactúan con ella y nos hacen reflexionar y repensar la organización de las salas».
Los lienzos El bote blanco. Jávea, Sombra del Puente de Alcántara. Toledo y Playa de Valencia, procedentes de una colección privada estadounidense, serán depositados en el Museo Sorolla a partir de la próxima semana, tras su paso por la Fundación Mapfre, donde han formado parte de la exitosa exposición Sorolla y Estados Unidos.
Estas obras permanecerán en el museo hasta enero de 2016, fecha en la que se incorporarán a la exposición itinerante Sorolla en París, que viajará posteriormente a la Kunsthalle de Múnich, el Musée des Impressionnismes de Giverny y, finalmente, al propio Museo Sorolla.
Otros depósitos
Por otro lado, en las salas ya se encuentran Después del baño y Elena en la Playa, también procedentes de una colección privada, que han sido depositadas por un periodo de cinco años. La primera es seguramente su mejor desnudo académico, en la línea de evocación idealizada de la antigüedad clásica cultivada en las mismas fechas por algunos pintores célebres como Lawrence Alma Tadema. En esta pieza llama la atención «el estudio y tratamiento de los blancos que surge en la piel, el mármol y la tela», destaca Luca de Tena.
En el segundo lienzo, el artista retrata a su hija menor. Este es contemporáneo a Paseo a la orilla del mar, que se muestra en la misma sala y al que parece completar. Ambos pertenecen al momento de plenitud de su carrera, cuando tras el formidable éxito de crítica y público de su periplo estadounidense pasa el verano junto a su familia en Valencia.
Los depósitos se consolidan en el museo y se unen a otros, como por ejemplo el del lienzo Jardines del Alcázar de Sevilla en invierno, que ya lleva unos meses expuesto en las salas de la institución.