Tras la finalización de las fases 0 y 1 de esta iniciativa, las salas que cuentan con esta nueva iluminación son la 60A, 61, 61A, 61B, 62, 62A, 62B, 63, 63A, 63B, 64, 65, 66, 67 y 75, correspondientes a las colecciones del siglo XIX y a los últimos años de Goya.
Como ilustración del proyecto, el Fusilamiento de Torrijos y sus compañeros en las playas de Málaga de Antonio Gisbert, un gran óleo de 390 cm x 601 cm expuesto en la sala 61A del edificio Villanueva, se mostrará durante un mes combinando ambas iluminaciones (la parte izquierda de la obra mantiene la iluminación halógena mientras que la parte derecha aparece ya iluminada con LED).
Una confrontación de luminarias que podrá apreciarse también en otras salas como en la 63, en la que solo una de las obras se ilumina con la nueva tecnología. Con estas pruebas el visitante podrá apreciar las diferencias en la calidad de la reproducción cromática de las obras, así como la visibilidad del volumen y la distancia desde los primeros planos a los fondos.
Esta iniciativa permitirá, una vez finalizada en 2017, un ahorro de energía anual del 75% y evitará la emisión a la atmósfera de 320 toneladas de CO2 cada año. Asimismo reducirá los gastos de mantenimiento ya que estos dispositivos tienen una vida útil de 50.000 horas frente a las 1.000 de las lámparas halógenas.
El Prado es el primer museo español inscrito en el Sistema de Registro de la Huella de Carbono.