Desde la fundación de la Real Academia en 1752 se ha mantenido la práctica de encargar para su salón de plenos un retrato oficial de los jefes del Estado. Significativo es el conocido Retrato ecuestre de Fernando VII, pintado por Goya en 1808, la primera de las pinturas del maestro ingresada en sus colecciones.
Otros retratos reales en pintura encargados o adquiridos por la Academia son el atribuido a Luca Giordano del rey Fernando III, patrono de la Corporación, o los de Felipe V por Jean Ranc, Fernando VI como protector de las Artes por Antonio González Ruiz, Bárbara de Braganza por Louis Michel van Loo, Carlos III por Joaquín Inza, Carlos IV por Francisco Bayeu, Isabel II por Leopoldo Sánchez del Bierzo, Alfonso XII por Joaquín Espalter o Juan Carlos I por Álvaro Delgado.
En escultura, la Academia encargó retratos de Fernando VI a Felipe de Castro, Carlos III a Juan Pascual de Mena, Carlos IV a Juan Adán, Emilio Castelar a Mariano Benlliure o Alfonso XIII a Moisés Huerta.
Académico de número, Rafael Canogar fue discípulo del pintor Daniel Vázquez Díaz y es uno de los nombres de referencia del arte abstracto en España.