Pero no se trata de una exposición gastronómica. En su recorrido el espectador se sumerge en el universo de Adrià y su equipo en un espacio de casi 1.000 metros cuadrados y se invita al visitante a reflexionar sobre su propio perfil creativo.
Desde grandes murales a centenares de dibujos realizados por el cocinero, pasando por objetos y herramientas del que fue el mejor restaurante del mundo, hasta una recreación del comedor y de la misma cocina donde se elaboraron los 1.846 platos con los que revolucionaron la gastronomía. Un éxito que radica en la renovación constante, basada en parámetros de innovación y creatividad, características que Adrià anima a aplicar a cualquier ámbito de la vida.
Más de un año, cien personas
Un equipo multidisciplinar ha estado más de un año trabajando para recrear este universo creativo, bajo la coordinación del mismo Adrià y de un equipo de Fundación Telefónica, coordinado por Almudena Bermejo y María Brancós. Desde los mapas creados por José Aguirre y Andrés Ortiz de Bestiario, empresa especializada en visualización de datos; el diseño expositivo de Olga Subirós; una campaña creativa de los publicistas Toni Segarra y Jorge Martínez y una web espectacular realizada por Mario Tascón (Prodigioso Volcán) con textos de la periodista Mar Abad de Yorokobu. La web invita, además de a descubrir la exposición, a mostrar todo lo que envuelve los procesos creativos en general, con información adicional como entrevistas y retos culinarios a través de redes sociales.