En esta ocasión se puede ver por primera vez un vídeo coproducido por el CCCB y La Casa Encendida en el que se presenta la que Švankmajer considera su mejor obra: su gabinete de coleccionista, estrechamente relacionado con su producción cinematográfica.
Además de la proyección del vídeo, la Sala Arte Invitado del Museo exhibe una selección de obras de la Colección Lázaro que habitualmente no están expuestas y que inspirarían el universo de este cineasta checo, como La Visión de Tondal (primera mitad del siglo XVI) de un seguidor de El Bosco, el Paisaje con los peregrinos de Emaús (principios del siglo XVI), atribuido a Lucas Gassel, la carta de Goya a su amigo Martín Zapater, el incunable Liber Chronicarum, los Emblemas de Alciato o el libro de dibujos tradicionalmente atribuido a Alonso Berruguete.
Conexión surrealista
Todas ellas reflejan esa conexión surrealista de Švankmajer con el Renacimiento, época por la que Lázaro también sintió gran predilección: coleccionó numerosas obras de los siglos XV y XVI e incluso su propia casa, el actual Museo, fue construida a principios del siglo XX en «estilo Renacimiento muy sobrio», según sus propias palabras.
Finalmente, el Museo ha organizado un recorrido específico por las obras maestras de la Colección Lázaro relacionadas con el imaginario surrealista de este artista cuya huella es visible en cineastas como Tim Burton, Terry Gilliam o los Hermanos Quay. Estas obras se identifican con un punto rojo en la cartela.
Esta exposición se enmarca dentro de la muestra gratuita que hasta el 11 de enero se exhibe en La Casa Encendida, Metamoforsis, las visiones fantásticas de Starewitch, Švankmajer y los Hermanos Quay [1], coproducida con el Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona (CCCB), donde se ha podido ver previamente.