En mayo de 2014, el Ayuntamiento de Málaga y el Museo de San Petersburgo alcanzaron un acuerdo por 10 años para abrir en la ciudad andaluza la primera sede que esta institución tendrá en Europa tras 119 años de historia. La Colección del Museo Ruso que ahora abre sus puertas dispone de 2.300 metros cuadrados de superficie expositiva, situados en el antiguo edificio de Tabacalera, que ha sido restaurado en tiempo récord.
Desde el icono hasta hoy
Su primera exposición se titula Arte Ruso de los siglos XV-XX e incluye un centenar de obras, desde los iconos del siglo XV hasta el realismo soviético. Entre los artistas destacados se encuentran Alexey Venetsianov, Carl Brulov, Alexander Ivanov, Isaak Levitan, Vassily Vereschagin, Ilja Repin, Peter Konchalovsky, Vassily Kandinsky, Tatlin, Olga Rosanova, Marc Chagall, Alexander Rodchenko, Nathan Altman, Pável Filonov, Kazimir Malevitch o Alexander Deineka.
Estas obras conforman un conjunto variado, desde el pequeño formato hasta lo monumental, que testimonian el rico legado artístico ruso de los últimos cinco siglos. Desde la devoción ortodoxa que representan los iconos de fondo dorado hasta la tradición burguesa del retrato o los paisajes y las grandes convulsiones de las vanguardias cubistas, cubo-futuristas y constructivistas, hasta el mensaje del realismo socialista. Todos los avatares del arte ruso están presentes en el nuevo centro de arte malagueño.
El discurso de esta exposición anual, comisariada por Eugenya Petrova, directora artística del Museo de San Petersburgo, gira en torno a cinco secciones básicas: Iconos, Retratos, Paisajes, Pintura de género y Vanguardia y revolución.
Además de esta exposición anual se realizarán dos muestras temporales más breves. Ahora abre sus puertas Arte Ruso de la época de Diaghilev, que permanecerá hasta septiembre e incluye 69 obras, entre pinturas, esculturas, figurines y diseños de escenarios de artistas como Bakst L.S., Vrubel, Golovin, Goncharova, Levitan y Larionov.
Una figura clave
Serge Diaghilev (Novgorod, 1872-Venecia, 1929) es una figura clave para entender la evolución de la danza en el siglo XX. A través de su compañía, los Ballets Rusos, y bebiendo de la noción de obra de arte total, apostó por la renovación del lenguaje visual, tanto en la coreografía como en la escenografía, la música y el vestuario. Actuó como catalizador en el contexto cultural europeo de principios del siglo XX y dejó un poderoso legado de música, danza y arte que tuvo repercusión a lo largo de todo el siglo.
En los primeros años del siglo XX había surgido en Rusia una vanguardia artística y musical poco conocida internacionalmente. Diaghilev tuvo la idea de reunir a un grupo de bailarines excepcionales del Ballet Imperial del Teatro Maryinsky de San Petersburgo y presentarlos en París en un espectáculo que ponía en juego la música, la danza, la pintura y la literatura: una obra de arte total que daría a conocer al mundo la vitalidad de la Rusia moderna.
Historia y emociones
A lo largo de 20 años, los Ballets Rusos presentaron en Europa y América unos 50 ballets de diferentes estilos que contaron con la actuación de los mejores bailarines europeos, las partituras de los compositores más destacados y la colaboración de los artistas más importantes del momento. Diaghilev ponía en contacto a artistas de diferentes géneros en unos montajes que han pasado a la historia, como El sombrero de tres picos, de Manuel de Falla, o Parade, de Eric Satie, con escenografía de Picasso.
Su éxito fue el resultado de haber apostado por la renovación del lenguaje visual, tanto en la coreografía como en la escenografía, y del lenguaje musical. El rasgo esencial consistió en reducir la danza al nivel del cuerpo humano para expresar historias y emociones, lo que explica el desarrollo del virtuosismo de sus bailarines.
Artistas visuales de vanguardia de la talla de Matisse, Picasso, Braque, Derain, Goncharova, Laurencien o Chanel participaron en el diseño de vestuarios y escenografías; músicos renovadores como Ravel, Satie, Falla, Stravinsky, Prokofiev, Rimsky-Korsakov; bailarines del renombre de Fokine, Nijinsky, Pavlova, Karsavina o Massine, y escritores como Jean Cocteau trabajaron conjuntamente, animados por Diaghilev.
Pável Filonov
La segunda muestra temporal estará dedicada a Pável Filonov (1883-1941), un excéntrico artista de vanguardia, singular y enigmático creador muy apreciado por sus coetáneos, muerto por hambre durante el sitio alemán de Leningrado.
El coste para el Ayuntamiento de estas tres primeras muestras ascenderá a 400.000 euros (200.000 la anual, 110.000 la primera temporal y 90.000 la segunda), además asumirá el transporte y seguro, así como el traslado, la estancia y la manutención del personal responsable del transporte y ubicación de las obras. Inicialmente se contempla que este acuerdo entre el museo matriz en San Petersburgo y su sede malagueña se extienda por un decenio.
Museo Ruso
El Museo Ruso de San Petersburgo cuenta en su colección con 400.000 obras y objetos artísticos, datados entre el siglo X y la actualidad, de los que se exhiben aproximadamente un cinco por ciento en un gran conjunto museístico formado por el Palacio Mihailovsky, el Ala Benois, el Palacio Stroganov, la fortaleza de San Miguel, el Palacio de Mármol y la Casa de Pedro el Grande, además de numerosos jardines.
Creado en 1895 por el zar Nicolás II, es el primer museo de arte ruso tanto por sus instalaciones como por sus colecciones: sus vasta colección abarca desde piezas arqueológicas y antropológicas hasta obras de los pintores rusos protagonistas de las vanguardias históricas de principios del siglo XX y hasta el día de hoy, siendo su colección de arte de vanguardia una de las más importantes del mundo.
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