«Fuimos su primer benefactor y seguiremos trabajando juntos al menos hasta 2019, un año muy importante para el Museo del Prado ya que celebra su bicentenario», explica Jean-Paul Rignault, presidente de la Fundación AXA. Desde que firmaran su acuerdo de colaboración en 1999, la Fundación ha participado en numerosas exposiciones, como Turner y los maestros, El último Rafael o Goya en Madrid, todas ellas «muy importantes y muy especiales, tanto como la que disfrutaremos en unas semanas», ha señalado Rignault.
La primera muestra monográfica dedicada a Ingres, uno de los pintores más influyentes en el devenir de la pintura del siglo XIX, se inaugurará el 24 de noviembre. La exposición, una ocasión única que permitirá recorrer cronológicamente la trayectoria del artista, cuenta con la colaboración del Louvre y la participación del Museo Ingres de Montauban.
Las salas del Museo acogerán más de 60 piezas que mostrarán al pintor en todo su esplendor, prestando especial atención a su interés por el retrato, con obras como Monsieur Bertin, Condesa de Haussonville o Napoleón I en el trono imperial; o su atracción por los argumentos puramente literarios o el desnudo como en Gran Odalisca o Baño turco. También se profundizará en su continuo deseo de ser reconocido como pintor de historia, así como al desarrollo de su actividad como dibujante.
Pura sensualidad
Para sellar este compromiso se ha procedido a la instalación de Gran Odalisca, una obra en la que «se unen magistralmente el deseo de la representación ideal, de la representación platónica del desnudo, con una imagen carnal de la mujer. Esta aparece completamente desnuda sin ningún argumento, ni mitológico, ni literario, ni histórico que justifique su desnudez. Se basa en una idea de pura sensualidad, de simple deseo», destaca Carlos Giménez Navarro, conservador del siglo XIX del Prado y comisario de la muestra.
Este lienzo estará acompañado en la exposición por otras grandes obras del pintor que tienen como protagonistas a féminas. «La mujer que estará mirando a la Gran Odalisca será su compañera en el Salón de 1819, Angélica liberada por Ruggiero. Además vamos a tener el lujo de poder enseñar en esta sala el dibujo preparatorio de la Gran Odalisca, del Museo del Louvre, que ofrece en un primer registro el estudio del desnudo natural sin idealizar de la mujer que posa y, en un segundo registro dentro del mismo dibujo, el cuerpo ya completamente idealizado con la desorganización de los miembros tal y como se pude ver en el cuadro», concluye el comisario.