El artista parte de la obra de Luis Palao Averías Graves (1898), que representa el cañón de un buque de guerra dañado en combate. El contrapunto lo ofrece el lienzo Paisaje con ruinas (1848), de Lluís Rigalt, cedido por la Colección Banco Santander.
El disparo del cañón marca el origen de un balazo imaginario que atraviesa los espacios del Museo, dejando tras de sí paredes descolgadas, un inestable suelo levantado, juegos de trampantojo que fracturan el espacio interior y que termina en los restos grecolatinos mostrados por la obra de Rigalt.
- Esta muestra se enmarca en el programa ‘Conexiones‘, puesto en marcha por el Museo y la Fundación Banco Santander.