La carrera de Max Hollein (Viena, 1969) abarca más de quince años a cargo de diversos museos. Primero en Alemania: el Museo Schirn Kunsthalle, de arte moderno y contemporáneo; el Museo Städel, que alberga una de las colecciones más sofisticadas de obras de los grandes maestros, así como del siglo XIX y de arte moderno; y el Museo Liebieghaus, reconocido mundialmente por sus esculturas desde el antiguo Egipto hasta el Neoclasicismo. En Nueva York dirigió el Guggenheim.
En referencia a la institución que va a dirigir, Hollein recuerda que «el Met es reconocido en todo el mundo como uno de los mejores museos por su excepcional colección, sus innovadoras becas y su compromiso educativo». Hollein prosigue con las alabanzas y apunta la génesis del centro de arte neoyorquino: «Fundado con la idea de aunar las culturas del mundo en un único lugar, los visitantes pueden experimentar de primera mano los logros artísticos de la humanidad. Ahora tenemos muchas maneras de diseminar la educación cultural y el conocimiento, y la obligación de hacerlo».
Además, no se olvida de la función divulgativa que se le encomienda: «Celebrar la excelencia artística va de la mano con la difusión de las historias sobre las obras de arte que están a nuestro cuidado». El austriaco tomará posesión del cargo este mismo verano.