Para ello se ha preguntado a los visitantes de 12 museos cómo valoraban su vivencia en el museo en términos tanto cognitivos como psicológicos y emocionales, analizando variables relativas al «confort de la visita, al aprendizaje obtenido en la misma, la relajación lograda, la fascinación experimentada, la diversión, el ensimismamiento o la felicidad sentida durante su estancia en el museo y la relación de todo ello con la satisfacción final de la visita al museo».
Los resultados globales del informe ofrecen una media de 7,4 sobre 10 en términos de satisfacción de la experiencia vivida, superando la media el Museo Sorolla, el Museo Nacional de Arte Romano de Mérida y el Museo del Traje, con resultados y experiencias «muy gratificantes» para quienes los visitan.
Tranquilidad y recogimiento
Para este estudio se han recabado respuestas de 7.680 personas y las experiencias más positivas se dan en museos que potencian una atmósfera de tranquilidad, recogimiento y serenidad
La intención última del estudio es identificar las sensaciones que hay que favorecer o provocar, y de todos los demás estímulos que pueden componer la visita al museo, para que el visitante «salga satisfecho, reafirmado, con el convencimiento o el sentimiento de que acaba de vivir una experiencia grata y placentera y con el deseo de volver al museo».
El Museo Sorolla es el que proporciona a su público una experiencia global más satisfactoria, alcanzando la nota más alta de los 12: el equivalente a un 7,9 sobre 10. También aparecen otros que destacan muy positivamente por las distintas sensaciones que provocan en el público: el Museo Casa de Cervantes produce una elevada experiencia de relajación, el Museo del Traje CIPE es el que mayor sensación de diversión provoca, el Museo Nacional de Arte Romano tiene un elevado porcentaje de visitantes que experimentan un alto grado de fascinación en la visita, y en cuanto al aprendizaje experimentado, de nuevo es el Museo Sorolla el que aparece en primer lugar.
Experiencias positivas
Las experiencias positivas más frecuentes en casi todos los museos fueron la relajación, la significación o sensación de estar realizando algo de interés para el individuo, la capacidad necesaria para seguir el discurso y propuestas del museo, la orientación y el confort.
Aunque estas sensaciones las tiene la mayoría de los visitantes de todos los museos analizados, en algunos de ellos aparecen con más facilidad. Generalmente son los museos de dimensiones reducidas los que potencian una atmósfera de tranquilidad, recogimiento y serenidad que favorece una experiencia agradable: el Museo Sorolla, el Sefardí, la Casa de Cervantes o el Museo Nacional de Antropología se señalan sobre los demás en estos aspectos.
La sensación de significación de la experiencia vivida es destacada, además de en estos museos, en el Museo Nacional de Arte Romano, el de Artes Decorativas y en el Museo Nacional de Escultura, en los que la visita se convierte para muchos visitantes en una experiencia «memorable y enriquecedora».
Otras sensaciones analizadas y diferentes son la confianza, la sensación de control sobre las propias decisiones, la diversión, la felicidad y el aprendizaje. Los visitantes reconocen experimentarlas de modo destacado en todos los museos, pero es en algunos de ellos (Museo Nacional de Arte Romano, Museo Sorolla, Museo del Traje, Museo Nacional de Escultura y Museo de Altamira) donde la experiencia de aprendizaje parece que es percibida por el visitante como una de las más patentes y relevantes, que de alguna manera ayuda a potenciar otras como la experiencia de diversión.