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Reapertura del Palacio de los Borbones en el Monasterio de El Escorial

Esta campaña se encuadra dentro de un proyecto más amplio que afectará a la visita turística de todo el complejo del Monasterio filipino, en aras de su mejor apreciación y conocimiento histórico y artístico por parte del público.

La nueva visita incluye, por primera vez, todas las estancias de este Palacio en visita libre y completa, y no guiada y parcial como se realizaba con anterioridad. La nueva visita se incluye en las tarifas generales, sin coste adicional.

Las actuaciones llevadas a cabo han afectado principalmente a la restauración de elementos histórico-artísticos, a la museografía y al recorrido del palacio borbónico con la apertura de importantes salas que habían permanecido cerradas en los últimos años por motivos de restauración.

Recorrido cronológico

Los visitantes accederán a esta zona del Palacio una vez efectuado el recorrido turístico por el Palacio de los Austrias, dotando así a la visita de la necesaria lógica cronología que permita la compresión histórica de todo el edificio.

La visita al Palacio comienza por la escalera imperial creada por Juan de Villanueva, para recorrer primero toda la enfilada de los Cuartos Reales orientados hacia el llamado Patio de Coches, y que son los salones de de mayor representación, como el Comedor de Gala, el Salón de Embajadores, el pequeño Oratorio de la Reina o el Salón Pompeyano y la Sala del Rey.

Continúa, tras el giro previo a la Antecámara, por la zona más privada del Palacio, atravesando del Salón de Música, junto al Oratorio del Rey, el Comedor Privado, el Dormitorio del Rey y el Cuarto de la Reina con su Tocador, su dormitorio y la Sala de Costura. Para terminar se accede al Salón de Recepciones, desde donde se sale nuevamente a la escalera de Villanueva, como fin del recorrido.

18 salones

Así se enriquece notablemente la visita pública, con un total de 18 salones, de los cuales seis, -entre los que se encuentran algunas de las más bellas estancias del recinto palaciego, no se podían visitar desde hace más de cinco años.

Las mejoras museográficas más relevantes que se han acometido han sido el cambio total de iluminación, con la instalación de luces Led que permiten una mejor visualización tanto de los impresionantes tapices que los decoran, -y que constituyen sin duda uno de los conjuntos decorativos de tapicería más relevantes de todo el siglo XVIII español, con escenas sobre cartones de Goya, José de Castillo y Bayeu, entre otros-, como del mobiliario y demás piezas decorativas.

También se han incluido nuevas cartelas informativas y se han realizado labores de conservación preventiva en todas y cada una de las estancias, retirándose también de elementos museográficos innecesarios y obsoletos que interferían en la correcta apreciación de muchos de los objetos decorativos como relojes, porcelanas y cristales.

Gran programa decorativo

El Palacio de los Borbones es uno de los mejores ejemplos conservados de los grandes programas decorativos de carácter palaciego de la dinastía borbónica. Ocupa la planta primera de la zona oriental y norte del cuadrante nororiental del edificio, habiendo sido destinada desde época de Felipe II a los aposentos reales de los infantes. En tiempos de Carlos III fue objeto de una readaptación para convertirlo en un nuevo palacio dieciochesco, con un sistema decorativo basado en la cubrición de sus paredes por tapices enmarcados con molduras de talla dorada, a juego con los zócalos inferiores.

Los entonces príncipes de Asturias, Carlos y María Luisa de Parma, ocuparon esta zona del palacio, y cuando Carlos IV accedió al trono, decidió permanecer en ellas, para lo que fue necesario hacer diversos cambios en los elementos de entrada al palacio, que le fueron encargados al arquitecto real Juan de Villanueva, como fue la nueva ordenación de la fachada norte y la construcción de una nueva escalera, última obra del artista en El Escorial en 1793.

Durante su reinado se ornamentó el palacio de San Lorenzo con una espléndida colección de tapices, la mayoría de la Real Fábrica de Santa Bárbara, cuyos cartones fueron realizados por los principales pintores de corte del siglo XVIII, como Goya, Bayeu, Castillo o Aguirre, decoración que en líneas generales es hoy la que permanece.

A la rica decoración textil se une un conjunto de piezas de mobiliario -sillerías, canapés, banquetas, consolas, braseros- de los Talleres Reales, así como un buen numero de objetos decorativos como candelabros, arañas, relojes, jarrones de cristal y de porcelana, etc. que hacen de este palacio uno de los que mejor conserva el sentido integral de su decoración dieciochesca.

Así, esta mejora y reapertura se enmarca a modo de preámbulo dentro de las actividades programadas por Patrimonio Nacional para la celebración en 2016 del III Centenario del nacimiento de Carlos III.