El arte es pasión y dedicación, ¿cómo fueron sus comienzos?
Mi pasión por el arte comienza en la infancia, en Sevilla, donde paso casi toda mi vida. Ya desde niña he sido siempre muy creativa, siempre dibujando y pintando, y en mi juventud estudié en una Escuela de Bellas Artes también en mi ciudad. Sin embargo, influida por mi entorno, estudié Ingeniería Agrícola y me trasladé a Madrid, donde resido actualmente, para trabajar como ingeniera. No fue hasta 2012 que decidí dejarlo todo y dedicarme a aquello que me hace realmente feliz, retomando mi pasión por el arte a tiempo completo.
Una carrera que despega…
Mi carrera todavía es corta, sin embargo sí está siendo bastante prolífica y ascendente. Mi primera obra la vendí en 2013 y si pienso que la trayectoria de un artista está en sus obras me siento orgullosa de que estas sigan valorándose y ya estén en más de cincuenta colecciones privadas de todo el mundo.
¿Cómo describe su obra?
Creo que los aspectos que mejor la describen son mi pasión por la naturaleza, su sostenibilidad y una gran riqueza plástica. Obras con una forma de expresión imaginativa, ávida de evasión, con esencia poética, metamórfica y exuberancia que pretendo que contagien mi optimismo a quien las contemple.
Un estilo que juega con texturas, materiales y colores…
Me resulta difícil definirme. Mi estilo creo que es ecléctico y versátil, juega con lo abstracto y lo figurativo pero siempre de manera expresionista y simbólica. No discrimino ningún color ni ningún material, exceptuando la oscuridad. Mi proceso creativo es muy variado y, como es lógico, depende mucho de mi estado de ánimo, de mis emociones y de las sensaciones de cada momento.
¿Y los materiales?
No concibo una obra plana. Me interesan tanto las sensaciones táctiles como las visuales. Por eso estoy permanentemente investigando con materiales tan dispares como el polvo de mármol, arenas, materia orgánica que recojo en largos paseos por paisajes naturales y a las que doy una nueva vida. También trabajo con resinas y materiales reciclados que aplico a mis piezas para darles unas texturas y unos relieves que creo que les aportan una fuerte expresividad.
¿Qué es la creación para usted?
Una necesidad vital. Si por cualquier motivo no pudiera pintar buscaría cualquier otra forma de expresión. De hecho ahora también investigo y experimento con la fotografía. Por supuesto que cada vez que alguien compra una de mis pinturas o alaba mi trabajo me produce una gran satisfacción y me reafirma, aunque sé que seguiría creando si no contara con ese reconocimiento. Por otra parte me siento muy libre a la hora de crear, huyendo del academicismo, de las modas y de toda norma establecida.
Expone en Singulart, ¿cómo es trabajar con una galería en línea?
Llevo apenas un año y medio con ellos y el balance ha sido muy bueno. Cuentan con un gran equipo que nos hace más visibles en la esfera internacional. Por ejemplo, mis últimas obras se han vendido en Hong Kong, Alemania, Suiza o Italia. Su logística es muy profesional, lo que beneficia tanto a los artistas como a los coleccionistas.
¿Qué ventajas tiene esta forma de exponer?
Está claro que se pierde el contacto directo, la interacción física con las obras, poder apreciar bien los detalles…. con lo que se pierde parte de la experiencia sensorial y, por tanto, su belleza completa. Sin embargo se gana en una mayor facilidad para buscar y encontrar obras por parte de los coleccionistas. Los artistas ganamos una mayor visibilidad y esto nos permite encontrar ‘adeptos’ a nuestro trabajo en todo el mundo.
¿Cómo afronta estos tiempos de crisis?
Los tiempos de crisis siempre son también de crecimiento y de oportunidades, que conllevan más creatividad. Por un lado, el arte puede documentar y expresar sentimientos, emociones de esta catástrofe humana, pero también aporta esperanza, inspiración para la vida y enriquecimiento personal. En mi caso ya antes de la pandemia estaba inmersa en mi mundo interior y confinada en mi estudio.
Para mí es un privilegio ser artista, es un refugio donde soy plenamente feliz. Deseo y creo que nuestra aportación es dar luz a las personas a través del arte.
¿Cómo ve el momento actual del arte en España?
Nos movemos en una sociedad en la que falta una verdadera cultura artística, junto con un escaso compromiso institucional. Unos de los retos más importantes es la educación artística y promover entre la población el coleccionismo. La mayoría de las personas siguen considerando el arte como un mundo para las élites.
A esto se une también el reto de ser mujer…
Tenemos que seguir luchando para que se nos reconozca de igual forma que a los hombres. En pleno siglo XXI he tenido que escuchar un par de veces eso de «las mujeres no saben crear, sólo copian». Todavía nos queda mucho camino por recorrer aunque sé que en este sentido todo está cambiando para bien.