En ella pueden apreciarse los principales fundamentos sobre los que este pintor, escritor y teórico se apoyó para perfeccionar su concepción creativa a la manera de un artista total en las vanguardias del siglo XX.
Así, las obras reunidas en esta muestra consisten en composiciones geométricas, la forma más pura, según Albers, para poder analizar y comprender los principios de la pintura, en las que impera el cuadrado como elemento básico. La repetición de esta figura, encerrándola reiteradamente una dentro de otra, le permitió por otra parte investigar acerca de la percepción visual que poseemos sobre la relación de unos colores con otros, ya sea dentro o fuera de una misma gama cromática, como podemos ver en las pinturas expuestas en esta ocasión.
Y es que si la geometrización de las formas resulta esencial en la configuración de sus proyectos, en realidad no era más que un mero medio en el que escenificar y materializar sus hipótesis sobre el color. En base a éstas, su labor docente en la Universidad de Yale pasó por realizar diferentes experimentos junto a sus alumnos, ayudándole a avanzar en sus teorías reunidas finalmente en el texto Interaction of Color (1947).
Inició Homage to the Square en los años cincuenta, continuándola hasta su fallecimiento. Las piezas presentadas por la galería corresponden a un período cronológico que va desde 1955 a 1965, años durante los cuales convivió con otro proyecto paralelo de Albers, Structual Constellation, un paso más allá en pos del estudio de las formas y la superposición de planos dentro de un marcado diseño en el que impera, curiosamente, un monocromatismo en blanco y negro en lugar de los llamativos colores de la otra serie.
Entre las obras escogidas en esta ocasión destaca especialmente, por la escasa repetición de su fórmula entre las creaciones del artista, Double Homage to the Square. En ella avanza en su esquema habitual al unir tangencialmente dos composiciones con las que establece un diálogo individual y comparativo entre sí en una misma pieza.
Albers en España
En 2014 se celebró la primera retrospectiva dedicada al artista en nuestro país gracias a la Fundación Juan March, Medios mínimos, efecto máximo, que pudo disfrutarse tanto en Madrid como en otras ciudades, como Palma de Mallorca o el Museo de Arte Abstracto de Cuenca. Allí pudieron contemplarse algunas composiciones de esta serie, que cerraba la trayectoria vital por la que discurría la exposición.
Desde entonces, otras instituciones y galerías ha asumido la necesidad de reafirmar la presencia de Albers en el panorama artístico español. Así, hace menos de un año, la Galería Pilar Serra presentó una muestra de su obra gráfica, en la cual se encontraba la equivalencia de las piezas pictóricas reunidas por la Galería Cayón en ésta.
Por otra parte resulta lógica su inclusión entre los artistas de esta galería. Su interés por el color en el campo de la abstracción –o, en otras palabras, el movimiento del Color-field Painting– es también la base del estilo de otro pintor de la Escuela de Nueva York del que Cayón es buen conocedor, el granadino José Guerrero. Puede considerarse que de esta forma se consolida la línea de la galería en torno a grandes artistas de proyección internacional que han desempeñado un papel decisivo en el desarrollo del arte tanto en España como en el extranjero.
Esta es, por tanto, una oportunidad más para conocer de primera mano la producción más significativa de uno de los pioneros de las corrientes iniciadas a lo largo del pasado siglo de máxima incidencia en el desarrollo de las creaciones artísticas posteriores.