Nacido en Oels, Baja Silesia, el 13 de febrero de 1941, Polke fue un incansable creador, calificado por muchos como un «alquimista del arte» por haber experimentado sin descanso hasta lograr, por ejemplo, que sus cuadros cambiasen de color al reaccionar a la contaminación medioambiental.
En los años 60 fundó junto a Gerhard Richter el Kapitalistischer Realismus o Realismo Capitalista, un anti-estilo dentro del pop art que basándose en aspectos de la publicidad, el cine o los cómics, buscaba caricaturizar distintos aspectos de la sociedad de posguerra.
Contra la manipulación
En la década de los 70, Polke, que estudió en la Academia de Arte de Düsseldorf y tuvo como maestros a Karl Otto Götz, Gerhard Hoehme y Joseph Beuys, entre otros, viajó a México, Australia o Pakistán, países en los que encontró nuevos elementos de inspiración que guardó para siempre gracias a su cámara fotográfica.
Casi todas sus obras estuvieron marcadas por temas políticos e históricos y en ellas intentó denunciar la manipulación de los medios de comunicación.
En cuanto a su técnica, se valió de elementos de la pintura moderna pero también otros de la cultura de masas, como lo kitsch o la publicidad.
Su estudio era en realidad un laboratorio químico. En él experimentaba con distintos colores y materiales, tradicionales o radicalmente innovadores, exponiéndolos a determinadas temperaturas y condiciones que derivaban en un efecto u otro.
Vídeo de la retrospectiva de Polke celebrada en 2007 en el Museum Frieder Burda (Alemania)