Hernández se inició en las técnicas del grabado en el año 1967. Desde entonces, además de la continuada práctica de la pintura, produjo una abundante obra gráfica con numerosas ediciones de libros de bibliofilia.
Lo eterno y la descomposición
Los temas fundamentales de sus creaciones artísticas, la figura humana y la recreación onírica de la ruina, le permitieron reflejar con gran minuciosidad técnica la contradicción existente entre lo eterno y la descomposición que conlleva el paso del tiempo.
Elegido Académico de número de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando el 31 de octubre de 1988, ingresó en la corporación el 5 de noviembre del año siguiente, tras la lectura de su preceptivo discurso con el título Anotaciones al margen de un cuaderno de apuntes. Dirigió la Calcografía Nacional entre los años 2006 y 2008.
Además fue miembro de la Real Academia de Bellas Artes de Santa Isabel de Hungría de Sevilla y de la Academia Europea de las Ciencias, las Letras y las Bellas Artes de París.
Multiples reconocimientos
Entre otros muchos galardones a su actividad creativa como pintor y grabador, Hernández recibió en 1981 el Premio Nacional de Bellas Artes, en 1982 el Gran Premio en la VI Bienal Internacional de Grabado de Noruega, en 1989 la Medalla de Honor en la XII International Exhibition of Modern ExLibris de Malbork (Polonia) y en 2006 el Premio Nacional de Arte Gráfico en reconocimiento a su trayectoria.
José Hernández nació el 5 de enero de 1944 en la Zona Internacional de Tánger. Expuso sus primeras obras en la tangerina Librairie des Colonnes en 1962. Dos años más tarde se trasladó a Madrid. Desde 1980 compartía residencia y taller entre Madrid y Málaga. El 30 de junio de 2006 había sido nombrado Hijo Adoptivo de la Provincia de Málaga.