El acto también contó con la presencia de Carmen Calvo, exvicepresidenta del Gobierno y exministra de Cultura, y en él participaron Manuel Borja-Villel, director del Reina Sofía; Nuria Enguita, directora del IVAM; María Dolores Jiménez-Blanco, directora general de Bellas Artes del Ministerio de Cultura; Valeriano Bozal, catedrático emérito de Historia del Arte en la UCM; Maria Josep Balsach, profesora de Arte Contemporáneo en la Universitat de Girona; Jaime Brihuega, profesor emérito de Historia del Arte en la UCM; Paloma Alarcó, jefa de Conservación de Pintura Moderna del Thyssen; Kosme de Barañano, catedrático de Historia del Arte en la Universitat Miguel Hernández d’Elx; María Teresa Ocaña, historiadora del arte y exdirectora del Museu Picasso de Barcelona y del MNAC; Francesc Torres, artista; Delfín Rodríguez, catedrático de Historia del Arte en la UCM, y José Francisco Yvars, historiador del Arte y exdirector del IVAM.
Guillermo Solana destacó «con envidia, la fantástica memoria visual» de Llorens, recordó los arduos encargos que le hizo, como las exposiciones dedicadas al Matisse de entreguerras o la monográfica de Edward Hopper, la muestra más visitada de la historia del museo, y destacó el valor de Miró: Tierra, comisariada por Llorens en 2008. También mencionó su compromiso político a lo largo de toda su vida.
Manuel Borja-Villel puso de relieve que «no es normal en este país que una persona ayude a fundar tres museos de características tan distintas», en alusión al IVAM, al Thyssen y al propio Reina Sofía, en cuyos orígenes fue una pieza fundamental. También recordó que Llorens solía decir que el «mejor y el peor día» de su experiencia en el Museo Reina Sofía había sido el mismo, cuando por la mañana presentó un plan museográfico y por la tarde fue destituido por Jorge Semprún.
La directora del IVAM se refirió a Llorens como «primera piedra» y la directora general de Bellas Artes como alguien apasionado y sereno y como un cruce perfecto entre el compromiso político y el compromiso con el arte y la cultura: «Es parte de la historia del arte español desde dentro, por su participación en la creación del Equipo Crónica o en la Bienal de Venecia de 1976, y desde fuera, por la fundación de centros culturales y el establecimiento de nuevos relatos».
«Me cuesta tanto hablar de Tomàs como poco me costaba hablar con él», comentó Valeriano Bozal, quien destacó la gran amistad que mantuvieron desde 1962, cuando le conoció recién salido de la cárcel por su lucha antifranquista. «Fue un gran historiador», recalcó.
Maria Josep Balsach habló de la actividad del homenajeado como profesor en Gerona y destacó que también fue un gran lector de poesía; Jaime Brihuega, por su parte, recordó su participación en el reparto del legado de Dalí para que una parte de su obra se quedara en Cataluña, después de que en su testamento el artista hubiera especificado que lo dejaba al Estado español, y Paloma Alarcó viajó hasta la prehistoria del Thyssen, «cuando Tomàs detallaba con toda precisión donde iría cada cuadro de la colección en un edificio todavía en obras, en el que era muy difícil hacerse una idea de los espacios», y apuntó que estos cuadros están colgados a una altura más baja de la habitual por decisión de Llorens, lo que los hace más próximos al visitante.
Alex Katz, Kosme de Barañano y Francesc Torres estuvieron presentes a través de sendos vídeoos. María Teresa Ocaña calificó a Llorens como el «gran museólogo español» y puso de relieve la recuperación de la que fue objeto Julio González gracias a él. De su vínculo con la arquitectura se ocupó Delfín Rodríguez y cerró el acto José Francisco Yvars, con un recuerdo a 62 años de amistad y destacando el «obstinado e incombustible estímulo» que suponía estar con él.