Ayer en su cuenta de Twitter, Vargas comentó: «Yo no me voy a morir porque soy una chamana y nosotros no nos morimos, nosotros trascendemos». Según el parte médico de ayer, el pronóstico es «malo para la función y reservado para la vida de acuerdo a la evolución».
La cantante estaba siendo atendida desde el domingo pasado por un equipo médico encabezado por el especialista José Manuel Núñez en la UCI Del Hospital Inovamed de Cuernavaca, capital del Estado de Morelos.
La cantante llegó a México el 26 de julio después de casi un mes en España, donde viajó para ofrecer un recital con temas del disco que dedicó al poeta Federico García Lorca, titulado La luna grande, y para presentar sus memorias Dos vidas necesito. Las verdades de Chavela [1], de María Cortina. Este esfuerzo le pasó factura y el 12 de julio fue internada a causa de la fatiga en un hospital de Madrid, en el que permaneció hasta el 21 de julio.
Carrera musical
Aunque Chavela Vargas está íntimamente ligada a México y a su cultura, en realidad nació en Costa Rica: en San Joaquín de Flores, hija de Francisco Vargas y Herminia Lizano, y fue bautizada en la Parroquia de Guadalupe dos meses después, el 15 de julio de 1919, con el nombre María Isabel Anita Carmen de Jesús. En México, país del que obtuvo la nacionalidad, residió durante más de siete décadas y desarrolló toda su carrera musical.
Vargas conoció y trató a grandes figuras de la farándula, las artes, la política y la cultura, como Diego Rivera, Frida Kahlo, Agustín Lara, Ava Gardner, Pablo Neruda y José Alfredo Jiménez. Con este último sostuvo una larga y entrañable amistad. Grabó innumerables discos con canciones suyas y de otros compositores. Actuó en numerosos escenarios internacionales, como el Olympia de París, el Carnegie Hall neoyorquino o el Palacio de Bellas Artes de México. En el año 2000, el Gobierno español le concedió la Gran Cruz de Isabel la Católica, y en 2009, la Ciudad de México le entregó la Medalla de Ciudadana Distinguida.