Labordeta presentó en mayo pasado su último libro, Regular, gracias a Dios, una obra marcada por su lucha contra el cáncer de próstata, en el que expresa su gratitud a su familia, a los amigos y los sanitarios que le atendieron en esta etapa. Se trata de un texto escrito «a tajos», y el título lo extrajo de una frase acuñada por un compañero marroquí del hospital.
Poeta y cantor
El pasado 6 de septiembre, los ministros de Defensa, Carme Chacón, y Educación, Angel Gabilondo, le entregaron en su casa la Gran Cruz de la Orden Civil Alfonso X El Sabio, reconocimiento que el Gobierno le concedió por «su sabiduría, su pasión, sus convicciones y su defensa de la libertad y el pueblo», motivos por los que también le otorgó la medalla al Trabajo.
Nacido en Zaragoza el 10 de marzo de 1935, Labordeta se dedicó inicialmente a la docencia en la Enseñanza Media y, a lo largo de varias décadas, también a la música, la política y la televisión.
Cantar y callar
Su carrera musical comenzó en 1974 con el álbum Cantar y callar y pronto fue reconocido como una de las voces comprometidas con la libertad del final de la dictadura franquista. Llegó a la canción por poeta, por deseo de dar mayor audiencia a sus versos, consiguió que algunas de sus canciones, como El canto a la libertad, Banderas rotas o La albada, se convirtieran en himnos de una tierra, Aragón, a la que cantó con melancolía.
En marzo de 2003 el Labordeta diputado, en un debate con el entonces ministro de Fomento, Francisco Álvarez Cascos, mandó literalmente «a la mierda» a la bancada popular, que le impedía hablar y se burlaba de él, con referencias despectivas a su participación en el programa de TVE Un país en la mochila, una serie de reportajes en los que mostró aspectos poco conocidos de los diferentes pueblos de España.