«En estos momentos tan difíciles queremos enviarle a su familia y a sus seres queridos el testimonio de cariño y afecto de todo el equipo, que no lo olvidará nunca», concluye el comunicado, que no precisa la causa del prematuro fallecimiento.
La consolidación de Mota como diseñador nupcial acabó de fraguarse en 2008 con el lanzamiento de su primera gran colección exclusiva para Pronovias, y actualmente era uno de los nombres más destacados del sector.
En una entrevista publicada en la revista Hola en 2009, Mota explicaba por qué se había centrado en el diseño de moda nupcial: «Todo el mundo me pregunta por qué me limito al mundo de las novias, y la razón es que la moda para novias está mucho más cerca de la Alta Costura que del pret-a-porter. Hoy en día el único tipo de negocio en el que puedes utilizar tejidos muy buenos, hacer patrones y prototipos sobre maniquí sin mirar los costes, trabajar con volúmenes nuevos y experimentar realmente, es en los vestidos de novia. La novia es lo más cercano a la Alta Costura».
En el plano personal, Manuel Mota se definía como un fanático de la lectura, amante del arte, la fotografía y, por supuesto, del diseño de moda. Era también un apasionado de Barcelona, su lugar de residencia.