Aunque estudió pintura y arquitectura, Fo destacó por su faceta de dramaturgo, llegando a publicar más de cien obras teatrales que él mismo interpretó, además de numerosos libros, como Lucrecia Borgia, la hija del Papa y Hay un rey loco en Dinamarca.
En 1969 estrenó una de sus obras más aplaudidas, Mistero Buffo, en la que aborda pasajes bíblicos a la manera de los juglares medievales. Un año más tarde estrenaría otra de sus obras maestras, Muerte accidental de un anarquista, en la que rememoraba la extraña muerta del partisano Giuseppe Pinelli.
Entre los setenta y ochenta, el activismo político de Fo fue especialmente relevante, época en la que creó la organización Soccorso Rosso Militante para proporcionar asistencia legal a los militantes de izquierda encarcelados. En plenos años noventa estrenó Il papa e la strega, una obra en la que representaba a un pontífice que dictaba una inverosímil encíclica en la que hablaba de liberar la droga, controlar la natalidad e instaba a la Iglesia a volver a la pobreza.
Satírico y crítico, sus dardos iban en todas direcciones, desde la desobediencia civil en ¡Aquí no paga nadie! a una versión alternativa de la historia del descubrimiento de América en Isabel, tres carabelas y un cascabel. Crítico con el Gobierno de Silvio Berlusconi, Fo dedicó sus espectáculos y monólogos a lanzar pullas al mandatario echando mano de sarcasmo.
Además de en teatro, Fo destacó por su pintura, con sus «falso Picasso» y obras polémicas como el retrato de la actual ministra para las Reformas, Maria Elena Boschi, subastado para financiar el Movimiento Cinco Estrellas (M5S) de Beppe Grillo.