Nacido en el seno de una familia pobre de jornaleros, a los 13 años dejó sus estudios y comenzó a trabajar para ayudar a la economía familiar. Con 16 años se afilió a las Juventudes Socialistas y marchó al frente al estallar la Guerra Civil, abandonándola obligado por el Ejército Republicano al ser menor de edad. En los años de la contienda fue secretario general de las Juventudes Socialistas Unificadas, comisario político en la 44 Brigada Mixta e instructor político de la juventud en la 8ª División del Ejército del Centro.
Acusado del asesinato de tres personas en Alcalá de Henares por los que otros compañeros de Macarro ya habían sido juzgados y fusilados, fue encarcelado en la prisión madrileña de Porlier con 19 años. En dicha cárcel creó, en 1943, el periódico clandestino Juventud, hecho por el que fue trasladado a la Dirección General de Seguridad, donde fue torturado. Condenado una vez más, esta vez a 30 años por un delito contra la Seguridad del Estado, fue trasladado al penal de Ocaña. De allí iría a la cárcel de Alcalá de Henares para finalizar su pena en Burgos, donde fue liberado en 1961, con 42 años, gracias a la recién fundada Amnistía Internacional.
A mediados de los cincuenta, aún encarcelado, adoptó el seudónimo de Marcos Ana en homenaje a sus padres (Marcos Macarro y Ana Castillo) y comenzó a escribir sus poemas clandestinamente, que llegaban al exterior a través de compañeros. Opositores a la dictadura como Rafael Alberti y Pablo Neruda, tras descubrir sus poemas, que alentaban a combatir la represión con la palabra, emprendieron una campaña internacional por su liberación.
Apoyo a opositores al franquismo
Exiliado a Francia, donde el Partido Comunista le instó a crear en París el Centro de Información y Solidaridad con España (CISE), un servicio para apoyar a los presos políticos españoles, Ana dirigió la plataforma con Pablo Picasso como presidente de honor. Dicha actividad lo llevó por Europa y Sudamérica pronunciando conferencias y creando campañas de apoyo a exiliados y opositores al régimen franquista.
Su obra poética, calificada «de trinchera», no ha sido publicada en su integridad en nuestro país, aunque ha sido recopilada en Venezuela. En 2007 escribió el libro de memorias Decidme cómo es un árbol. Memoria de la prisión y la vida, prologado por José Saramago, en el que narra su estancia en la cárcel y su actividad política fuera de ella. El director de cine Pedro Almodóvar compró los derechos de su autobiografía para realizar una futura película.
Además de sus memorias, sus poemas y ensayos han sido publicados internacionalmente en volúmenes como Poemas desde la cárcel, España a tres voces, Las soledades del muro y Vale la pena luchar.
En 2009, la Universidad de Granada propuso a Marcos Ana como candidato al Premio Príncipe de Asturias de la Concordia de dicho año, candidatura que fue apoyada por los premios Nobel José Saramago y Wole Soyinka, escritores como Gioconda Belli y Eduardo Galeano, el cantautor Silvio Rodríguez, el cineasta Pedro Almodóvar, el compositor Eulogio Dávalos, el director del Festival Internacional de Poesía de Medellín, Fernando Rendón, y el juez de la Audiencia Nacional española Baltasar Garzón.
Ese año, el Gobierno de España lo reconoció con la Medalla de Oro al Mérito en el Trabajo. Un año más tarde fue el primer receptor del Premio René Cassin de Derechos Humanos, otorgado por el Gobierno Vasco, por su actitud al salir de prisión, al defender «la paz y el diálogo» y rechazar «cualquier deseo de venganza». En 2011, el Consejo de Ministros español le otorgó la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes.