Boulez fue una de las figuras centrales de la llamada “Vanguardia Histórica” surgida en los años 50 en Darmstadt (Alemania), y constituida, junto a él, por compositores de la talla de Stockhausen, Berio, Ligeti y Nono, todos ellos ya desaparecidos. A Boulez se le considera el nexo entre sus maestros, su generación y los compositores actuales.
Su trayectoria estuvo marcada por tres aspectos estrechamente relacionados entre sí. El primero es el Boulez compositor, pensador y pedagogo, cuyas obras y escritos representaron un cambio radical en la forma de entender la música y que forman parte del repertorio contemporáneo: Penser la Musique aujourd’hui (1964), Relevés d’apprenti (1966), Par volonté et par hasard (1975) y Points de repère (1985) son algunos ejemplos de su legado en esta faceta. Desde el principio de su trayectoria abrió nuevas perspectivas musicales, renovó el pensamiento y la escritura desde sus fundamentos, realizando una síntesis crítica del pasado reciente e integrando algunos aspectos de músicas no europeas.
El segundo es el Boulez director de orquesta, que le llevó a los festivales de Bayreuth (1966 y 1976), Donaueschingen, Salzburgo, Berlín o Edimburgo, y a dirigir como titular de grandes orquestas: Cleveland (1967), Chicago (1995), la Filarmónica de Nueva York (1971-1978), la BBC de Londres (1971-1975), entre otras muchas.
Como director de orquesta no sólo defendió a los compositores contemporáneos sino que también renovó el repertorio orquestal y redifinió la programación de conciertos, con el fin de conducir al público hacía una nueva comprensión de la música.
“La dificultad de mi vida es que en realidad vivo dos vidas. Tengo la vida de un compositor, que es creatividad pura, y tengo la vida de un intérprete que consiste en reproducir algo ya creado anteriormente (…). Lo más complicado de mi vida es encontrar tiempo para las dos cosas. Si me dijesen que no voy a dirigir más… no me importaría tanto, lo importante para mí es componer. Si me dijesen en cambio que ya no voy a componer más, que sólo voy a dirigir, entonces me harían muy infeliz porque matarían una parte de mi creatividad”, explicaba el mismo Boulez.
Pero queda una tercera faceta: el Boulez institucional, generador de grandes proyectos de investigación y desarrollo musical de nuestro tiempo, como el Institut de Recherche et de Coordination Acoustique/Musique (Ircam), el Ensemble Intercontemporain, la Cité de la Musique o la Ópera Bastilla.
Boulez matizaba las diferencias entre la creatividad científica y la artística: “En la ciencia existe el progreso. Lo que los científicos hacen ahora es más concreto que lo que hacían en el siglo XVI, pero no porque sean más inteligentes, sino porque han nacido cuando la ciencia está más avanzada. En la música no hay progreso, hay cambio. Wagner no es un progreso respecto a Mozart, están en el mismo nivel de excelencia”.
El compositor y director recibió en 2012 el Premio Fundación BBVA Fronteras del Conocimiento en la categoría de Música Contemporánea.