Comenzó retratando a sus amigos en su apartamento de Pekín por aburrimiento cuando tan solo era un adolescente. Precisamente estos se convertirían en sus modelos habituales, ya que la idea de fotografiar a desconocidos no era de su agrado.
«Rebelde atípico. De complexión delgada, tímido por naturaleza y propenso a episodios de depresión». Así lo define la editorial Taschen en el volumen que esta misma semana ha salido a la venta y que recoge su obra fotográfica completa, un hecho extraordinario para alguien tan joven. Y no es de extrañar, ya que el chino se encontraba en plena eclosión de su carrera desde que fuera apadrinado por su también controvertido compatriota Ai Weiwei, quien lo seleccionó para la exposición colectiva Fuck off 2, que reunió a artistas emergentes chinos críticos con el régimen en el Groninger Museum en 2013.
La obra de Hang expone a sus retratados desnudos en poses extravagantes, bien rodeados por animales y objetos cotidianos o enfrentados a la grandiosidad de la naturaleza o la metrópoli. Sus sesiones, según contaba, nunca tenían una planificación previa. Eran las ideas las que brotaban naturalmente en el instante de trabajar. Además de a sus mencionados amigos, no en pocas ocasiones llegó a utilizar como modelos a admiradores que se ponían en contacto con él a través de las redes sociales para ser capturados por su objetivo.
Sin tapujos
Su arte, que hace gala sin tapujos de una sexualidad ambigua y desinhibida, fue duramente recibido por el régimen chino. En declaraciones a Vice, Hang recordaba que una de sus muestras fue cancelada por su contenido sexual y cómo en otra ocasión un visitante escupió sobre una de sus fotografías. Además, en varias ocasiones fue detenido mientras realizaba sesiones de fotos en el exterior. Sin embargo, no había en Hang una vocación de provocar. “Yo realmente no veo mi trabajo como un tabú, porque no pienso tanto en el contexto cultural o político», declaró. «Yo no fuerzo los límites intencionalmente, solo hago lo que hago”.
Además de su trabajo como fotógrafo, Hang tenía una faceta de poeta que explotaba en su página web, en la que llevaba además un diario de su depresión bajo el título My depression. En él daba cuenta de sus obsesiones y desesperación ante una enfermedad de la que llevaba años intentando curarse.
En los últimos años había participado en muestras colectivas e individuales que lo llevaron a Amberes, Copenhague, Frankfurt, Nueva York, París y Viena, entre otros lugares, además de trabajar en la industria editorial (especialmente en publicaciones de moda) y colaborar en proyectos como el fanzine Boys don’t cry del rapero Frank Ocean. Estos dos últimos meses se convertía en el protagonista de las exposiciones individuales Naked/Nude del Museo FOAM de Ámsterdam y Human love en el Museo de Fotografía de Estocolmo, abiertas al público hasta el 12 de marzo y el 2 de abril, respectivamente.
Con apenas 29 años, a un mes de haber cumplido los treinta, Ren Hang nos deja como legado una obra fascinante.