Las fotografías de Jalali son un documento visual privilegiado de la memoria evidente y oculta del pueblo iraní desde principios de los años setenta, y ofrecen un testimonio tanto de la revolución iraní como de la guerra con Irak, así como de los años de posguerra y de aspectos de la vida cotidiana en su país.
Fotografía como arte
Su papel en la preservación, el estudio y la transmisión del patrimonio fotográfico de su país le convirtió en maestro y actor destacado de la cultura iraní contemporánea. Jalali fue uno de los primeros fotógrafos de Irán que ha concebido la fotografía como arte y que ha impulsado su aceptación por parte del gran público, siendo uno de los principales artífices del reconocimiento social de esta disciplina en su país.
En 2007, la Fundació Antoni Tàpies, que ha expreado su pésame por el fallecimiento, le dedicó una exposición [1] que revisaba todos los aspectos de su trabajo artístico, incluyendo una amplia selección de sus fotografías documentales, así como de las excepcionales series Días de sangre, días de fuego y Khorramshahr. La ciudad que fue destruida.
En 2009, Bahman Jalali recibió el premio internacional de fotografía Spectrum, que reconoce la fotografía como medio artístico.