Morales inició su carrera a finales de los años 40 y desde entonces sorprendió por su singular actitud creativa, trazando una trayectoria que indagaba continuamente en materias y técnicas, con el fin de sumergir al espectador en un universo de volúmenes compactos.
La artista había asistido a los doce años al estudio del escultor Enrique Cejas Zaldívar, con quien se inició en el aprendizaje de la escultura, para continuar ampliando su dominio de los materiales y de las técnicas artesanales en la Escuela de Artes y Oficios de Santa Cruz de Tenerife.
Es en 1948 cuando ingresó en la Escuela Superior de Bellas Artes de Santa Cruz de Tenerife, donde asimiló las enseñanzas de Mariano de Cossío (dibujo), Pedro de Guezala (pintura) y Miguel Márquez (talla en madera). Solo un año más tarde realizó Torso (Venus canaria), cubilete con forma de torso de mujer en el que fusiona la concepción estética del objeto con la utilidad práctica de la escultura, y en 1950 realizó su primer mural Pescadoras.
El retrato del escultor Roberto Barrera le permitió obtener la Tercera Medalla en la Exposición Regional de la Universidad de La Laguna (1951) y su obra estuvo en la I Exposición Colectiva de Escultores Tinerfeños que se celebra en el Círculo de Bellas Artes en 1953.
La Exposición Regional de Pintura y Escultura se convirtió en un continuo reconocimiento para Morales, quien recibió el Premio de Honor en los años 1961 y 1962 por sus obras Maternidad e Ícaro, respectivamente. Los dos años siguientes recibe el Primer Premio por Gánigo y Canción de libertad.
María Belén Morales jugó un papel muy destacado en diferentes colectivos culturales de la Isla, ya que, entre otras acciones, tomó parte activa en la fundación del grupo Nuestro Arte y también fue integrante del grupo de 12 creadoras que impulsó la muestra 12 que se pudo ver en Santa Cruz de Tenerife y en el Puerto de la Cruz.
En los años 70 reestructuró el Círculo de Bellas Artes de Tenerife, contribuyendo como presidenta de la Sección de Escultura al cambio en la programación de exposiciones y apoyó iniciativas innovadoras como Tocador de Arte, organizada por Papeles Invertidos en el Colegio Oficial de Arquitectos de Santa Cruz de Tenerife.
Tacoronte acogió su primera exposición individual en 1958 y a partir de ese instante su obra vistió, entre otros lugares, la Sala de Arte y Cultura de CajaCanarias de La Laguna (Juego, 1970), Castillo de San Miguel de Garachico (Aerovasión II, 1973), Museo Municipal de Bellas Artes de Santa Cruz (Semilla, 1978), Galería El Aljibe (Esculturas y collages, 1979), Galería Skira de Madrid (Murales y múltiples, 1979), Círculo de Bellas Artes de Santa Cruz de Tenerife y Sala del Gobierno de Canarias en Las Palmas de Gran Canaria (Escultura Atlántica, 1986), Palacio de Viana en Córdoba, Palacio de la Madraza en Granada y el Centro Cultural Palacio de Vaillardompardo en Jaén (1993), Sociedad Económica de Amigos del País de Málaga (Óxidos, 1994), Ayuntamiento de Nerja (1994), Sala de Arte La Recova de Santa Cruz de Tenerife (Óxidos, 1995). En 1998 realizó la exposición Síntesis con motivo de su ingreso como Académica Numeraria electa en la Real Academia de Bellas Artes de San Miguel Arcángel en el Círculo de Bellas Artes de Santa Cruz de Tenerife. Núcleos (2004) en el Centro de Arte La Regenta y el Centro de Arte La Granja, y Proceso, que se pudo ver en 2009 en la Galería Magda Lázaro.