Fruto de este trabajo ve ahora la luz el informe La calidad y el rigor en los contenidos culturales digitales [1], que refleja el ‘estado del arte’ en este tema, las reflexiones y aportaciones de varios expertos, así como las líneas de actuación propuestas para seguir trabajando en la evaluación y mejora de la calidad y el rigor de estos contenidos.
Un estudio que ha contado con la participación de, entre otros expertos, Santi Yagüe, content specialist; Pablo Haya, director de Innovación y Social Business Analytics en el Instituto de Ingeniería del Conocimiento (IIC); Miguel Diéguez, director de la Sociedad General de Autores en el Noroeste; Miguel Ángel Sicilia, catedrático en el Área de Lenguajes y Sistemas Informáticos de la Universidad de Alcalá; Agnès Ponsati, directora de la Unidad de Recursos de Información Científica para la Investigación del CSIC; César González-Pérez, investigador experto en software y patrimonio del CSIC; y Belén Bermejo, editora de narrativa y poesía de la editorial Espasa.
Como objetivo último, ComRigor pretende impulsar la creación de un observatorio para desarrollar actuaciones que potencien el rigor en los contenidos elaborados por las industrias culturales, y en el que participen representantes de todos los ámbitos: la ciencia, la academia, las administraciones y el sector empresarial.
Investigar y reflexionar
La información es esencial a la hora de adquirir conocimiento e Internet se ha convertido en fuente accesible de millones de contenidos culturales. Sin embargo, no toda la información que se genera en el entorno digital es igual de útil o válida, ni todos los contenidos pueden ser considerados rigurosos. Por ello, la Fundación General CSIC ha querido abrir este debate para investigar y reflexionar acerca de fórmulas y procesos de evaluación existentes y, de esta forma, desarrollar acciones para mejorar su calidad.