La arquitectura es una de las disciplinas artísticas que más ha sufrido la crisis. Sin embargo, pese a que en los peores casos es relegada a la creación de edificios en los que práctica y eficiencia son los principales elementos, el sector arquitectónico está revelándose como uno de los campos artísticos más innovadores de los últimos tiempos.

El complejo arte-arquitectura realiza un análisis contundente sobre cómo cada día la arquitectura parece más arte y el arte cada día parece más arquitectura. Esta retroalimentación supone una característica definitoria de la cultura contemporánea.

Una nueva era

Estamos, por tanto, ante una nueva era en lo que a innovaciones estilísticas se refiere dentro de la arquitectura, disciplina que a menudo ha sido marginada del resto de expresiones artísticas. «Asociamos el pop con la música, la moda, el arte y muchas otras cosas, pero no con la arquitectura, y sin embargo el pop ha estado ligado de principio a fin con los debates arquitectónicos», escribe Foster.

Para remarcar la idiosincrasia de este campo de las artes, Hal Foster identifica y define un «estilo global» de la arquitectura que se está practicando por los grandes nombres de hoy. Este innovador estilo tiene ecos de Le Corbusier, Gropius o Mies van der Rohe.

Punto de referencia

En el texto se recorren los principales centros de exposición del arte contemporáneo, centrándose en aquellos artistas y arquitectos que participan de esta creativa fusión que sirve de referencia para este libro. Así se repasan los trabajos de Norman Foster, Richard Rogers o Renzo Piano, entre otros.

La inteligencia terminológica y la destreza literaria con la que Foster analiza el trabajo de los grandes arquitectos del presente y el pasado hacen de El complejo arte-arquitectura un punto de referencia clave sobre esta disciplina, sirviendo como guía completa, fuente autorizada y base segura para abrir caminos en el estudio y reflexión sobre la materia.

Crítico y profesor

Hal Foster ha venido centrando su labor de crítico en el papel de la vanguardia dentro de la posmodernidad, ámbito en el que varios de sus trabajos se consideran hitos del pensamiento reciente. Como docente ha ejercido hasta 1997 en la Universidad de Cornell y desde entonces desempeña su trabajo en Princeton. En 1998 recibió una beca Guggenheim.

Anteriormente publicó, entre otros trabajos, Diseño y delito, Belleza compulsiva y El retorno de lo real: La vanguardia a finales de siglo.