El origen de este volumen se remonta a una calurosa tarde del agosto madrileño, cuando la autora, que paseaba por el centro de la ciudad, se topó con una tienda de antigüedades en cuyo interior encontró un libro de fotografías de la Familia Real. Los retratos de Isabel II o Alfonso XIII dieron paso a una completa colección de postales eróticas que iban subiendo de tono conforme Zubiaurre pasaba las páginas. Después de una abrumadora profusión de felaciones, tríos, cunnilingus…, finalizaba con fotografías recatadas y regias al igual que en su inicio.
A diferencia de este álbum, Culturas del erotismo en España, 1898-1939 se salta el preámbulo monárquico para introducirse directamente en el erotismo, con un gran análisis y evitando largas discusiones teóricas. A través de 420 páginas y 314 imágenes, Zubiaurre tiene el propósito de dar a conocer una parte de la historia española escondida a lo largo del tiempo debajo de la moral y la represión.
Crisis vs. Erotismo
Que el volumen se centre entre 1898 y 1939 no quiere decir que fuera de estas fechas no existiera cultura erótica, pero Zubiaurre se ha interesado en este periodo concreto cuyo inicio está marcado por la pérdida de las últimas colonias, que desembocó en una crisis política y social difundida por la Generación del 98; y su final con la Guerra Civil, que concluyó con la dictadura. Entre ambos acontecimientos el erotismo se acentúa, ya que, más allá de la España negra había ganas de libertad, de disfrutar y evadirse.
Poco se ha contado en la historia sobre esta España, sobre esta producción artística sensual y reprimida que contiene relatos cortos eróticos, ilustraciones, revistas frívolas, fotografías, postales, publicaciones nudistas y un largo etcétera, que ahora se recogen en estas páginas que quieren homenajear todos los matices y expresiones del amor y el sexo en ese primer tercio del siglo XX.
En contra de la habitual división de España entre los conservadores y los liberales, Maite Zubiaurre propone una nueva teoría entre la España sometida por la alta cultura y la España dominada por la cultura oficial. Entre ambas hay un tercer camino, la cultura erótica, ya sea clandestina o popular, que se refleja en la ‘sicalipsis’, un término de invención ibérica, que engloba todas las tonalidades del erotismo.
[1]
