Ante una sala repleta de público, ambos dialogaron sobre las exposiciones, la publicación y el lugar de Leiro en el arte actual. Fernández-Cid recordó que el MARCO cumple en estos días 20 años, lo que le sirvió para trazar una comparación sobre cómo ha evolucionado la percepción de la obra del escultor gallego: «En los años ochenta, una de las preocupaciones que se tenía en el medio artístico español era cómo integrarse en el entorno internacional. Cuando se abría un museo normalmente se hacía con una intervención arquitectónica importante, un presupuesto muy alto y, con frecuencia, para situarse en el medio artístico, se realizaban exposiciones de los artistas que en ese momento marcaban el rumbo. En cuanto a Leiro, cuando se dio a conocer se buscaron modelos externos cercanos a su obra y se le encasilló en una interpretación expresionista, en línea con prácticas centroeuropeas. El tiempo, sin embargo, ha señalado que sus referentes son muy distintos y de gran amplitud: la presencia de su entorno, el granito, la madera, el románico, la escultura monumental propia de las zonas costeras, de los límites».

El director del MARCO le definió como uno de los escultores más autocríticos, así como un «inquieto eterno y un curioso voraz: estudia con detalle obras de épocas y culturas distintas, viaja para ver las obras en directo y siempre está atento a recoger un sustrato popular que integra en su obra. Mas lo que le da el toque distintivo final es la habilidad con la que encuentra la escala y los materiales para expresar sus ideas, su sentido espacial y la síntesis, la limpieza final de anécdotas con la que termina las obras».

En el catálogo el lector apenas encontrará texto, únicamente unas breves palabras de bienvenida, ya que la reflexión está en las imágenes, en la propia obra. Fernández-Cid destacó que esta publicación es el elemento final de un proyecto, dado que sirve para prolongar la muestra una vez clausurada y visibilizar al Museo y a la ciudad de Vigo: “Huimos de que la publicación sea una sucesión de obras sin referencia al espacio, por eso incluimos imágenes del montaje final, para que se vea la magnífica exposición que plantea Leiro en el MARCO».