Artista multidisciplinar, Ibarrola nació en Basauri (Vizcaya) en 1930, ciudad en la que realizó sus primeros estudios en la Escuela de Artes y Oficios. Continuó su formación en Madrid en el taller de Vázquez Díaz, que junto a Ruiz Blanco, fueron sus primeras referencias en una etapa figurativa que evolucionó hacia un cubismo incipiente. A mediados de los años 50 se instaló en París, donde fundó el Equipo 57 junto a Juan Cuenca, José Duarte, Ángel Duarte, Juan Serrano e, inicialmente, Jorge Oteiza.
Considerado como uno de los principales movimientos de la vanguardia artística española, el Equipo 57 se caracterizó por el estudio y la incorporación de la geometría, las matemáticas y la arquitectura en la creación de lo que denominaron “el principio de la
interactividad del espacio plástico” en el que priorizaron el trabajo en equipo en detrimento del contenido emocional e individualista.
Cambiar las reglas
Muy implicados socialmente, quisieron cambiar las reglas del mercado del arte haciendo accesible su obra a un público más amplio, por encima de marchantes y galerías. Aún así, la prestigiosa Galería Denise René de París organizó una primera exposición en 1957 que les ubicó en el panorama de las vanguardias europeas.
El Equipo 57 se disolvió a principios de los años 60, momento en el que Ibarrola fue detenido y encarcelado en dos ocasiones por su compromiso con la libertad y los derechos humanos. A pesar de las circunstancias, no abandonó ni su producción artística ni el estudio constante, exponiendo en paralelo y con la ayuda de su mujer en ciudades como Londres, Zúrich o Ginebra.
A partir de los años 80 plasmó la evolución de sus planteamientos estéticos hacia el estudio de los espacios, su movimiento, la definición del vacío en el plano y la interacción positivo-negativo.
Producción escultórica
Al mismo tiempo, se volcó en la producción escultórica con materiales como el acero corten, el hierro, la madera y el mármol y en sus intervenciones sobre la naturaleza, entre las que destacan Los Cubos de la Memoria, en Llanes; El Bosque pintado de Allariz, en Orense; El Bosque Encantado, en Salamanca; o El Bosque de Oma [1], en Vizcaya.
De entre su amplia producción artística destacan esculturas públicas como El Bosque de Tótems y Ola a ritmo de Txalaparta, expuestas en Madrid; Hombro con Hombro y La mirada, situadas en Vitoria; Chimeneas, en Barakaldo; el Parque de Ibarrola, en Basauri; o los homenajes a las víctimas del terrorismo que pueden contemplarse en Logroño, Santander y Murcia. Así como las obras realizadas en madera El palo azul del trenzado, El bosque de las esferas, La pirámide o El sol atrapado; en papel periódico Masa negra con línea negra, El hueco en azul añil o Huecos en torsión; y las pinturas Marineros entre barcos, El dantzari o Figuras avanzando.
Su trayectoria artística y personal ha sido merecedora de premios como la Medalla de Oro del Círculo de Bellas Artes, la Medalla al Mérito y Reconocimiento al Trabajo, y la Medalla al Orden y Mérito Constitucional.
Ciclo La Biblioteca de… Agustín Ibarrola.
Martes, 9 de marzo, a las 19.00 h. Salón de actos de la Biblioteca Nacional [2]. Entrada libre – Aforo limitado.