A su modo, Los nombres y las manchas completa el reto editorial que supuso la publicación en 1984 de Manchas nombradas, que incluía una serie de poemas que acompañaban a imágenes creadas por diferentes pintores.
Formatos dispares
«Extraña convivencia, a decir verdad, la de los nombres y las manchas. Obligada a una nitidez extrema en la naturaleza específica de cada ‘sin-lugar’, al igual que en la forma de cada material y, ante todo, de cada una de las materias cuando se asoma al hecho de darse a ver en compañía, fundidas ya palabra y obra». Recordaba en la presentación de la obra estas palabras del propio Ullán el responsable de la edición, Manuel Ferro, con el que ha colaborado Marta Agudo, y Joan Tarrida, director de Galaxia Gutenberg, para quien «publicar un libro de Ullán constituye una obligación literaria y un más que merecido homenaje a un autor irrepetible».
Casi todos los artistas que protagonizan los textos, de formato y enfoque muy dispar, fueron conocidos por el propio Ullán. Trazando un mapa de nombres y de manchas, el poeta va entreverando sus reflexiones acerca de la misteriosa e intensa imbricación entre pintura y escritura.
Ejemplos
De la visión de los retratos fotográficos de Álvarez Bravo dice Ullán: «Vuelvo a penetrar en la perturbación desoladora, encarnizada, donde uno se anilla con lo desconocido y no desea excusa alguna para trocarlo en compañía de carne y hueso: ni técnica ni arte, ni testimonio ni sueño, ni origen ni final. Desvelo».
En torno a Frida Kahlo: «No veo en ella metáforas, sino entorno perfectamente pintado. Tan escueto, es verdad, que comprendo la fiebre literaria de quienes lo contemplan y luego dicen que si surrealismo o candidez, ensueño o realidad, drama y júbilo. La orfandad se acepta mal…».
O sobre Tàpies (al que dedica varios textos), afirma José-Miguel Ullán que «atravesar la obra de Antoni Tàpies equivale a surcar un único sendero. Lo que mueve a asombro es la poligrafía de las pisadas, la libertad de giros, la ausencia de traspiés inexpresivos, la fijeza abisal de cada huella».
Profundidad
Se ve que aquello de lo que está escribiendo, el arte, forma parte íntima de su esencia y, de esa simbiosis, la de la creación artística y la expresión literaria, emergen textos de una inquietante profundidad.
Así es, desde la honda contemplación, la ejecución, el pictograma o lo caligráfico, la pintura ha estado siempre ligada a la obra de Ullán, fundiéndose íntimamente con los materiales mixtos de una escritura única que constituye una «lengua híbrida, de raíz heterogénea», en palabras de Miguel Casado.
«Varios pintan en ti, pero el dolor es uno», dice uno de los versos de Visto y no visto. Dejándose calar por «la pintura (esa lluvia)», Ullán escribió profusamente sobre arte en libros, catálogos y artículos, además de colaborar creativamente con distintos artistas.
El autor
José-Miguel Ullán es una de las voces imprescindibles y más singulares de la poesía española contemporánea, y también, quizá, el poeta que más y mejor trabajó con los artistas de su tiempo.
Su poesía completa fue publicada en 2008 bajo el título de Ondulaciones (Poesía reunida 1968-2007), con prólogo de Miguel Casado (Galaxia Gutenberg / Círculo de Lectores).
A lo largo de cuarenta años de escritura, muchas de sus obras han sido objeto de ediciones de bibliofilia –en colaboración con pintores como Eduardo Chillida, Vicente Rojo, Antonio Saura, Antoni Tàpies y Joan Miró, entre otros–, expuestas en museos como el MoMA, el Museo Reina Sofía o la Biblothèque Nationale de France.
Su propia obra pictórica –a la que da el nombre genérico de agrafismos– ha formado parte de diferentes muestras de poesía visual, además de ser expuesta en la 49 Bienal de Venecia, en 2001, y en la Universidad de Concepción (Chile), en 2005. En 2008 mostró sus agrafismos en diversas sedes del Instituto Cervantes y en diferentes museos e instituciones culturales.