En su hasta ahora desconocida y nueva faceta, Reed se convierte -como asumiendo una especie de alter ego- en una figura solitaria, un hombre que se retira en silencio a la naturaleza para observar la luz y hacer unas fotografías elegantes, románticas, muy lejanas de su habitual vida urbanita en el corazón de la ciudad de Nueva York.
Música y fotografía
Aunque el proceso no podría ser más diferente, en el fondo hay una especie de paralelismo conceptual entre su música y sus fotografías. Confeccionar un libro de fotografías es, dice Reed, “como unir las secuencias de un CD. Es algo intuitivo, un modo indefinible de trabajo donde las cosas no suceden a través de la planificación y las ideas preconcebidas, sino porque en ese momento te parecen bien”. De hecho, reconoce que se ha acercado a la fotografía con las cualidades de un músico. «La respuesta es emocional. Eso es todo lo que pretendo. Hago las fotografías desde la emoción y las junto en el libro igualmente desde la emoción”.
Romanticismo es ya el tercer libro de fotografías de este nuevo Lou Reed. La inspiración del título le vino a través de la obra del pintor romántico del siglo XIX Caspar David Friedrich. «Habíamos elegido ya las fotografías que más nos gustaban cuando vi un cuadro pintado por él. De repente dije: eso es, es… romanticismo».
Sólo una figura humana
Sólo una toma, hacia el final del libro, muestra una forma humana. Se trata de una figura andrógina gris, con el pelo corto, de espaldas a la cámara y con la luz marcada en forma de ondas en la parte superior de la escena, lo que sugiere el agua. La figura es la de Laurie Anderson, artista de performance y esposa de Reed desde su matrimonio el pasado año. A ella dedica la única línea de texto escrita en todo el libro, que dice: “Estas son fotos de todo el mundo, dedicadas a mi amor y pasión por mi esposa, Laurie Anderson».
Lou Reed. Romanticism. Publicado por Steidl, 40 Libras (44,30 euros).