Como afirma Luis-Martín Lozano, «entre las pocas mujeres artistas que han trascendido en la historia del arte, ninguna tuvo un ascenso tan meteórico como Frida Kahlo (Coyoacán, 1907 – 1954). Fue una figura prominente del arte mexicano de la posrevolución, además de pionera del discurso político en materia de género, sexualidad y feminismo».
El volumen se abre con cuatro capítulos que, a modo de ensayo, abarcan cuatro décadas y cuatro etapas de la trayectoria artística de Kahlo. Cada capítulo reúne una selección de sus pinturas, complementadas con dibujos, fotografías y obras de otros artistas con los que estableció un cómplice diálogo de lecturas, modelos y referencias.
La segunda parte recoge el extenso catálogo de las 152 pinturas, todas ellas reproducidas y comentadas desde una nueva mirada. El volumen incluye, además, una biografía realizada en colaboración con la historiadora Marina Vázquez Ramos y una amplia bibliografía recabada por Andrea Kettenmann, una de las mayores expertas mundiales en la figura de Kahlo.
Completan el volumen una selección de cartas y fragmentos del diario de la pintora; una mirada iconográfica sobre la Casa Azul, donde vivió y creó la mayor parte de su obra, y un conjunto de fotografías de Kahlo con Rivera precedidas de un ensayo de la propia artista sobre el muralista mexicano. Él, el gran amor de la artista, escribió sobre ella: «Frida Kahlo es un ser maravilloso, provisto de una fuerza vital y un poder de resistencia al dolor mucho más allá de lo normal. A este poder está unida, como es natural, una sensibilidad superior, de una fineza y susceptibilidad increíbles… esto le da un gran poder de creación imaginativa dentro de una realidad que, sin dejar de serlo, se exalta hacia una maravillosa fantasía».
43 años de intensa vida
Magdalena Carmen Frieda Kahlo Calderón, Frida Kahlo para la historia, nació en el 6 de julio de 1907 en Coyoacán, una población de la periferia de Ciudad de México, en una familia de padre alemán y madre mexicana.
A los once años enfermo de poliomielitis. Su pierna izquierda quedará más delgada y la derecha más corta con el pie ligeramente deformado. En 1920 inicia sus estudios de magisterio y en 1922 ingresará en la Escuela Nacional Preparatoria con la intención, no cumplida, de estudiar medicina.
En 1925, tras estudiar taquigrafía y mecanografía comienza a trabajar como aprendiz con el grabador Fernando Fernández. Ese año, el 17 de septiembre, sufrirá el terrible accidente que condicionará su vida y la llevará a la pintura al tener que pasar una interminable convalecencia postrada en una cama.
Aquel día, al volver de la escuela a su casa, el autobús en el que viajaba es embestido por un tranvía que había perdido los frenos. El brutal choque le provoca fracturas en la tercera y cuarta vértebras, once fracturas en el pie derecho, tres en la pelvis, una grave luxación en el codo izquierdo y una terrible herida en el abdomen producida por una de las barandillas del vehículo que le entró por la cadera y salió por la vagina. Pero contra casi todos los pronósticos, sobrevive.
Permanecerá sin poder incorporarse más de un mes en el hospital y posteriormente varios en su casa en donde su madre le coloca un espejo frente a su cama. Frida comienza a dibujar tomándose ella misma como modelo. Nace así una artista y una leyenda. Varias generaciones han admirado su rostro inconfundible, representado en más de cincuenta autorretratos extraordinarios; estos, junto con cientos de fotografías tomadas por maestros de la talla de Edward Weston, Manuel y Lola Álvarez Bravo, Nickolas Muray y Martin Munkácsi, hicieron de Frida Kahlo una imagen icónica del arte del siglo XX.
El 21 de agosto de 1929 contrae matrimonio civil con Diego Rivera. Ella tiene veintidós años, él le dobla la edad. Dos años más tarde Frida expone en San Francisco su obra por primera vez. En los años siguientes sufre tres abortos y le comunican la imposibilidad de tener hijos.
En 1935 se separa de Rivera cuando descubre que éste mantiene una relación con Cristina Kahlo, hermana de la pintora. Pese a ello, le escribe a Diego para decirle: “Te quiero más que a mi propia piel”.
En enero de 1939, tras conocer en México a André Breton viaja a París en su primer y único viaje a Europa. Bretón admira a Kahlo y organiza una exposición sobre su obra que es alabada, entre otros artistas, por Picasso, Kandinsky y Duchamp.
Pintura frente a la tortura física
Sus dolores de espalda se hacen insufribles por lo que le colocan un corsé de acero para fijarle la columna vertebral. Vuelve a tener que estar encamada la mayor parte del tiempo. El fuerte tratamiento le provoca severas cefaleas pese a lo que sigue pintando sin descanso.
Tras protagonizar varias exposiciones individuales y colectivas, su salud vuelva e empeorar. Permanecerá casi un año hospitalizada y sufrirá siete operaciones en la columna y la amputación de varios dedos de los pies. Entre tanto, su obra ya es reconocida a nivel mundial. En 1953 la exposición Mexican Art, en la Tate Gallery de Londres, incluye cinco de sus obras.
El 11 de febrero de 1954 confiesa su intención de suicidarse pero un mes después retoma los pinceles para concluir sus dos últimas obras: Frida en llamas y Los hornos de ladrillo. En abril de ese año, convaleciente de una bronconeumonía y en contra de la opinión de sus médicos, participa en silla de ruedas en la marcha de protesta ante la caída en Guatemala del gobierno democrático de Jacobo Árbenz por un golpe de estado dirigido por el Gobierno de Estados Unidos y ejecutado por la CIA.
Frida Kahlo falleció el 13 de julio. Al día siguiente su cuerpo fue incinerado en el Panteón Civil de Ciudad de México. Sus cenizas reposan en una urna prehispánica en el Museo Frida Kahlo ubicado en la Casa Azul de Coyoacán donde la pintora nació y vivió gran parte de su existencia.
Su pasión por la vida la convirtió en una mujer fuerte, impasible ante el dolor físico que la cercó desde muy joven. Una torturada salud que no impidió la construcción de una obra artística monumental e irrepetible como el volumen que ahora se presenta pone, con brillantez, de manifiesto.
Los autores
Luis-Martín Lozano, historiador del Arte especializado en el estudio del modernismo y el arte mexicano y latinoamericano, es el responsable de la edición. Fue director del Museo de Arte Moderno de Ciudad de México y ha colaborado como comisario invitado con instituciones de Estados Unidos, Europa, Asia, América Latina y, muy especialmente, México.
A lo largo de su trayectoria ha realizado una investigación exhaustiva sobre la obra de Kahlo y Rivera, siendo autor de numerosas publicaciones sobre ambos. Por su parte, Andrea Kettenmann estudió Historia del Arte en Gotinga y Hamburgo antes de incorporarse al Departamento de Historia del Arte de la Universidad de Hamburgo. Es autora de numerosas publicaciones sobre Frida Kahlo y ha colaborado en diversas exposiciones y catálogos. Trabaja como historiadora del Arte en Ciudad de México.
Historiadora del Arte especializada en arte moderno mexicano, Marina Vázquez Ramos es profesora universitaria, investigadora y comisaria de exposiciones. Autora de varias publicaciones en México y en el extranjero, fue subdirectora general del Museo de Arte Moderno de Ciudad de México. En la actualidad es directora de la Fototeca, Hemeroteca y Biblioteca Mario Vázquez.
Frida Kahlo. Obra Pictórica Completa [1]
Edición de Luis-Martín Lozano con la colaboración de Andrea Kettenmann y Marina Vázquez Ramos
Tapa dura. 29 x 39,5 cm
Taschen
624 páginas
150 euros