Como explica el autor, «nuestro arte y cultura rondarían siempre la melancolía de Klee: Goya, Velázquez, El Greco, Zuloaga o Picasso. Y también músicos (como él mismo), el caso de su venerado Pau Casals y escritores: Cervantes, Calderón o Tirso de Molina. Visitante en 1939 de un Museo del Prado mostrado en el exilio ginebrino, al final de sus días Goya le seguiría, dirá Klee, como un fantasma».
Sabido el tardío conocimiento de su obra en España durante el siglo XX, De la Torre ha escrito su libro tras una intensa investigación que aporta algunas fuentes inéditas, permitiendo fijar, de una vez por todas, algo bien conocido, las razones por las que la pintura de Klee fue uno de los sustratos más fértiles que cooperaron en el surgimiento de la abstracción en nuestro país a partir de los años cincuenta.
También se colige que fue un viaje en doble dirección, si se revisa la mirada de Klee, tan admirativa hacia nuestra cultura. ¿Y por qué Klee fue modelo para nuestro arte más joven y radical en aquellos años?, se pregunta el autor: «Es sencillo, por una cuestión que era artística, pero también ética, sucedió en España y fue planetaria. Es la voz de Manuel Viola citando a René Crevel: «Klee era el museo completo del sueño. El único museo sin polvo».
A lo largo de su intensa carrera profesional, Alfonso de la Torre [1] ha comisariado más de un centenar de exposiciones, habiendo publicado ensayo y poesía e impartido cursos en numerosas universidades e instituciones. Especialista en la obra de Manolo Millares, además de su Catálogo Razonado de Pinturas [2] (MNCARS y Fundación Azcona, 2004), y haber teorizado sobre diversos asuntos vinculados a El Paso, fue comisario de la última exposición antológica de Millares: La destrucción y el amor (A Coruña, Fundación Caixa Galicia, 2006).
Klee y España. Los Irredentos Kleeianos [3]
Paul Klee y el arte español de postguerra
Alfonso de la Torre
Genueve Ediciones
232 p
14 euros