El premio, que concede el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, tiene por objeto distinguir el conjunto de la labor editorial de una persona física o jurídica que haya destacado por su aportación sobresaliente e innovadora a la vida cultural española. Tiene carácter honorífico y, por ello, carece de dotación económica.
El sello editorial Austral, del Grupo Planeta, ofrece un amplio catálogo en formato ‘de bolsillo’ con voluntad de acercar al lector contemporáneo todos los clásicos de la literatura y del pensamiento universal. El catálogo está dividido en cinco colecciones. Una de ellas reúne a los autores anteriores a 1927; en otra tienen cabida todos aquellos autores posteriores a 1927 considerados clásicos contemporáneos; una tercera reúne las obras recomendadas en los programas de estudio de secundaria con complementos didácticos; una cuarta presenta los textos más relevantes en una edición básica y de pequeño formato. Y finalmente, una última colección que reúne las obras más emblemáticas de la literatura universal en edición de tapa dura.
El jurado ha estado presidido por el director general de Industrias Culturales y del Libro, Óscar Sáenz de Santa María, y ha actuado como vicepresidente el subdirector general del Libro, la Lectura y las Letras Españolas, Javier Pascual. Los demás componentes del jurado han sido Antonio María Ávila, designado por la Federación de Gremios de Editores de España (FGEE); Eva Cosculluela, por la Confederación Española de Gremios y Asociaciones de Libreros (CEGAL); Remedios Sánchez, por la Asociación Colegial de Escritores de España (ACE); Inmaculada Delgado, por la Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas (CRUE); Mónica Díaz, por la Federación de Asociaciones Nacionales de Distribuidores de Ediciones (FANDE); María Manjavacas, por la Federación de Asociaciones de Periodistas de España (FAPE); Marián López, por el Instituto de Investigaciones Feministas de la Universidad Complutense de Madrid; y los representantes de las editoras galardonadas en las ediciones de 2016 y 2015, Agustín Pániker (Editorial Kairós) y José Miguel García (Antonio Machado Libros).
80 años después
Austral, la primera colección de bolsillo del ámbito hispánico, cumple 80 años. El sello nació en Argentina en 1937 en plena Guerra Civil española con una clara vocación de acercar al gran público las mejores obras de todos los tiempos. Setenta y cinco años después, el diseño inconfundible, su catálogo y las cuidadas ediciones siguen siendo los pilares del sello.
A principios de la década de los años treinta, el mundo estaba sumido en una profunda crisis, tanto política y social como económica. Desde el punto de vista de la industria editorial, este sentimiento de desesperanza y de penuria se tradujo en un alarmante aumento de las copias ilegales y, en consecuencia, de un significativo descenso de las ventas.
Urgía idear alguna medida que adecuara la oferta editorial al nuevo panorama y fue en la ciudad alemana de Hamburgo donde se dieron los primeros pasos: en 1931 nació Albatross, la primera editorial que apostó por los libros de bolsillo.
El abaratamiento de los costes de edición que supuso la impresión a gran escala permitió reducir extraordinariamente los precios y el nuevo formato propició la difusión de libros por canales no convencionales (estaciones, estancos, etc.): la iniciativa supuso una auténtica revolución, otra vuelta de tuerca a la democratización de la cultura.
La aventura de Albatross se vio truncada por la consolidación del nazismo, sin embargo sentó los cimentos de un mercado al alza. En 1935, Penguin tomó el relevo de la editorial alemana, trasplantando el modelo a Reino Unido. La adaptación fue todo un éxito y supuso el despegue definitivo de los paperbacks.
En España, la editorial Espasa-Calpe resolvió fundar en 1928 una filial en Argentina, estimulada por las buenas perspectivas económicas del país y por el número de intelectuales españoles allí exiliados. Gonzalo Losada, la persona elegida por la editorial para dirigir esta nueva delegación, asumió el reto de sortear las dificultades del sector. Para ello decidió ajustar el rompedor modelo anglosajón de Penguin al mercado hispanoamericano y crear una línea de libros de formato reducido a precios muy asequibles.
Determinó que, de manera similar a Penguin y Albatross, un animal fuera el emblema e imitó también los códigos de colores como distintivos de las temáticas de cada uno de los títulos.
Con la emulsión de todos estos elementos finalmente se inauguró, el 30 de septiembre de 1937, una nueva colección llamada Austral, cuyo primer volumen fue La rebelión de las masas, de José Ortega y Gasset. A éste le siguieron la publicación de treinta libros más aquel mismo año, que representaban lo más ilustre de la literatura del momento. Losada no pudo tener mejor colaborador que le asesorara en la selección: el poeta y crítico literario Guillermo de Torre, cuñado de Jorge Luis Borges.
Tras el abandono de Losada de Espasa Argentina, los libros de Austral se continuaron imprimiendo en aquel país y alrededor del 30% de la producción se exportaba a España: las restricciones de la guerra y de la posguerra postergaron la edición en la casa matriz hasta la década de los cincuenta.
Durante aquellos años se materializaron las diferentes subcolecciones (amarillo: libros políticos; naranja: biografías y vidas novelescas; rojo: novelas policíacas, de aventuras y femeninas; marrón: ciencia y técnica; verde: ensayo y filosofía; azul: novelas y cuentos; violeta: teatro y poesía; gris: clásicos; negro: viajes y reportajes) y dos de los más prestigiosos pensadores de la época fueron nombrados asesores de la colección: José Ortega y Gasset (Letras) y Julio Rey Pastor (Ciencia y Técnica). Lo demás es ya historia viva de los libros en el mundo hispanoamericano.