Posan todos para las fotos que dan cuenta del primer verano juntos en Granada. Es el año 1924. Juan Ramón ya es cuarentón y consagrado pero aún le faltan tres décadas para ser premiado con el Nobel. García Lorca es entonces un veinteañero, con un par de poemarios, que aún no ha escrito lo mejor de su obra y que será asesinado solo doce años después al poco de estallar la Guerra de España. No muchos años antes de esas fotos veraniegas, Juan Ramón había echado una mano en Madrid al autor del Romancero gitano, dispuesto a triunfar en la capital. Pero ahora eran los Lorca, Federico y sus hermanas Concha e Isabel, los que invitaban y ejercían de cicerones por las calles de su ciudad.
Aquel verano del 24 en la ciudad de la Alhambra fue testigo de la feliz confluencia de tres andaluces que son tres glorias de España, los dos poetas citados más el compositor Manuel de Falla, que no sale en las fotos pero que esos días compartió con ellos veladas que suscitaron bellísimas cartas, poemas y textos en prosa. Aquel verano representó, también de alguna manera, el encuentro de la generación del 27 encarnada en la figura de García Lorca con el maestro del grupo, e incluso promotor, cuando las polémicas y rifirrafes aún quedaban lejos. Aquel verano merecía un libro y ese libro lo ha escrito Alfonso Alegre Heitzmann (Barcelona, 1955), experto en la obra juanramoniana.
Es este Días como aquellos un ensayo biográfico sobre la felicidad que se lee con la tristeza de saber que tanta dicha se iría tan pronto al carajo en forma de fusilamiento para García Lorca y exilio para Falla y Juan Ramón. La felicidad quedó impresa en las fotografías que citábamos al principio y que llegaron a tener un valor terapéutico para Juan Ramón y su esposa Zenobia Camprubí en su periplo por diferentes países al otro lado del Atlántico.
“Nosotros”, escribió el poeta de Moguer 21 años después en una carta a la familia García Lorca, “no hemos olvidado nunca aquellos días de Granada, en que ustedes nos acompañaron tanto, haciéndonos un doble paraíso de su ciudad maravillosa. Cuando estábamos en Madrid mirábamos con frecuencia aquellas fotografías que nos hicimos juntos en tanto sitio hermoso. Días como aquellos se viven pocas veces en la vida”.
La Granada que con jota juanramoniana cojió hace casi un siglo el corazón del autor de Platero y yo –y que aún hoy coje el de cualquiera que visite la ciudad por primera vez– es recreada, con sus fuentes, barrios y tertulias por Alfonso Alegre que ha escudriñado, cuanto hay escrito sobre esas dos semanas, analizando además con mano maestra algunos de los poemas que Juan Ramón dedicó a la ciudad, como el romance titulado Generalife.
Granada coje el corazón de Juan Ramón hasta dejarlo convaleciente, como un siglo antes le había pasado a Stendhal paseando por Florencia.
Días como aquellos
Granada, 1924. Juan Ramón Jiménez y Federico García Lorca
Alfonso Alegre
Editorial Fundación José Manuel Lara
208 páginas
19,90 euros