A través de una forma de concebir la literatura que conjuga minuciosidad, rigor y una demostrada capacidad de atrapar al lector, Morató vuelve a rastrear el legado de mujeres que en diferentes tiempos y ámbitos transformaron el mundo. En esta ocasión, tras la exitosa acogida de Reinas malditas, nos acerca la cara menos conocida de otras cinco soberanas que ostentaron poderosas coronas. Cinco mujeres de leyenda.
No lo tuvieron fácil. Como recuerda la autora: “Los retratos oficiales que muestran a las reinas ataviadas con suntuosos vestidos y cubiertas de joyas ocultan unas vidas a menudo marcadas por las desdichas y las tragedias personales”.
Catalina de Aragón
La última hija de los Reyes Católicos nació en Alcalá de Henares el 16 de diciembre de 1485. Las vicisitudes políticas de la corona de Castilla hicieron que su infancia fuera la de una auténtica trotamundos lo que, combinado con la tutela de su madre -que tuvo que luchar por el poder desde niña y actuar con determinación y astucia en un mundo de hombres-, dio como resultado una joven culta, sensible, reflexiva, devota y muy madura para su edad.
Primera esposa de Enrique VIII, en la corte inglesa sobrevivió a intrigas, penurias, humillaciones y a la crueldad de su esposo. Como destaca Morató, nunca se rindió y lucho hasta el último momento para defender los derechos dinásticos de su hija, María Tudor, nieta de los Reyes Católicos, que finalmente sería coronada por derecho propio como la primera reina de Inglaterra. Catalina fue una de las soberanas más amadas de la corte inglesa. Una placa al pie de su tumba en la abadía de Peterborough reza: “Una reina amada por el pueblo inglés por su lealtad, piedad, coraje y compasión”.
Carlota de México
Entre las soberanas marcadas por la fatalidad que sobrevivieron en un mundo de intrigas figura la infeliz Carlota de México, una joven y culta princesa, hija del rey Leopoldo I de Bélgica, que a diferencia de otras princesas de su época, recibió una educación muy completa que incluía latín, historia, geografía, matemáticas, literatura y oratoria. Llegó a hablar con fluidez inglés, francés, alemán, italiano y español.
A los 17 años se casó con Maximiliano de Habsburgo, archiduque de Austria que, al ser nombrado por decisión de Napoleón III emperador de México, convertiría a su esposa en emperatriz. Durante su breve gobierno y ante las continuas ausencia de su marido, Carlota demostró grandes dotes para la política y, de hecho, modernizó el país al desarrollar el telégrafo, la red de ferrocarriles e impulsar leyes de libertad religiosa y pensamiento. Ese sueño quedó truncado por las fuerzas rebeldes que capturaron y ejecutaron a Maximiliano en 1867. Viuda a los 23 años, fue perdiendo la razón y viviría las seis décadas de existencia que le quedaban mostrando un comportamiento errático, recluida en diferentes castillos belgas y tutelada por ambiciosos familiares que buscaban hacerse con sus riquezas.
Isabel I de Inglaterra
Hija de la relación entre Enrique VIII y Ana Bolena, pasó de ser una princesa bastarda a dar nombre al glorioso siglo en que reinó. Desde muy pronto se mostró como una joven muy madura y de una inteligencia excepcional que, tras la muerte de su hermano Eduardo VI, que sumió al país en una importante crisis sucesoria, sería coronada reina cuando contaba 25 años. Pese a las presiones que soportó desde su llegada al trono para casarse y concebir un heredero, Isabel no ligó su destino al de ningún heredero y murió soltera el 24 de marzo de 1603, tras gobernar la nación ejerciendo sus dotes políticas y diplomáticas para sortear los peligros derivados de las alianzas de intereses entre las distintas coronas europeas. Tenía 69 años
Catalina la Grande
La mujer que dejó escrito: “Quizá soy buena y normalmente bondadosa, pero por mi situación me veo obligada a desear con terrible firmeza lo que quiero”, no dudó en ponerse al frente de un ejército para derrocar a su esposo y dirigir con mano firme el imperio ruso.
Pedro III, con el que se había casado cuando ella tenía 15 años, subió al trono el 5 de enero de 1762 dando comienzo a un reinado repleto de excentricidades. La pareja nunca estuvo muy unida, pero la distancia entre ellos se hizo insalvable hasta el punto de que ella se sumó al golpe para derrocarlo tan sólo seis meses después. Catalina se vistió el uniforme del ejército y, a caballo, se puso al frente de doce mil soldados. Tras dictar la carta de abdicación de su marido, entró en San Petersburgo, donde fue recibida con entusiasmo.
Culta e interesada por el arte, la literatura y la música, en los 34 años que duró su reinado se entregó a las tareas de gobierno con enorme eficacia, pasión y vitalidad. Fue la soberana más respetada de Europa y la última mujer que gobernó Rusia.
Emperatriz Cixí
Nacida en el invierno de 1835 en una familia instruida de la nobleza manchú, para sus padres fue un honor que su hija, que pintaba, escribía versos y jugaba al ajedrez, fuera incluida para formar parte del harén del emperador. Entró en la Ciudad Prohibida como concubina y gobernó China oculta tras una cortina de seda al no poder exponerse a las miradas masculinas.
Admirada por su pueblo, Cixí falleció a los 73 años. Fue una mujer ambiciosa, inteligente y de gran vitalidad que, desde el primer día de su mandato, asumió el reto de modernizar su país y sacarlo del aislamiento.
Todo eso lo cuenta Cristina Morató en Reinas de leyenda, un volumen ameno y documentado que da voz a las mujeres de carne y hueso que alcanzaron el poder en un mundo de hombres gracias a su inteligencia, valor y fortaleza. Pese a ello y como recuerda la autora, aunque en su momento fueron tildadas de déspotas, libertinas, desalmadas, arpías o locas, demostraron que algunos de los mejores monarcas de la historia fueron reinas.
Grandes viajeras
Cristina Morató es periodista, fotógrafa y escritora. Desde muy joven ha recorrido el mundo como reportera. Durante años alternó sus viajes con la dirección de programas de televisión y colaboraciones en radio y en prensa, trabajos que abandonó para escribir sobre la vida de las grandes viajeras y exploradoras de la historia.
Fruto de su investigación son las obras Viajeras intrépidas y aventureras, Las reinas de África, Las damas de Oriente y Cautiva en Arabia. Sus libros Divas rebeldes, Reinas malditas y Diosas de Hollywood reflejan su interés por descubrir el lado más humano y menos conocido de mujeres valientes, poderosas y legendarias. Es también autora de la biografía de Lola Montes, Divina Lola.
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