Desde que volvió a nacer aquel 17 de octubre de 1991 ha ido desarrollando una suerte de radar para estar al día de cualquier novedad médica que la investigación y la tecnología pudieran poner a su alcance en beneficio de su bienestar. “Soy ejemplo claro de hasta qué punto la ciencia nos puede cambiar la vida a mejor. Por eso para mí, directamente, la ciencia es sinónimo de vida. Nos inspira a progresar y mejorar. Sin ciencia personas como yo no podríamos caminar con la facilidad o la soltura con la que lo hacemos”.
Solo ella y gente como ella pueden saber hasta qué punto es preciso agradecer a todos aquellos que investigan y prueban nuevas técnicas protésicas. Como contó en su libro testimonial Saber que se puede, su vida es “pura investigación personal enfocada a descubrir avances que le aporten calidad de vida”. Así, cuando se enteró por ejemplo de que en Suecia estaban ensayando prótesis insertadas en el fémur o en el húmero a la manera en que se colocan los implantes dentales, no tuvo ninguna duda de que debía buscar a esos pioneros y ponerse en sus manos. “La ciencia”, afirma tajante, “avanza a nuestro favor y a quien tiene que servir es al ser humano. No se puede dejar de estudiar nunca porque todo es susceptible de mejora. Ciencia y tecnología son fundamentales para que personas con discapacidades muy severas podamos tener una vida más plena y digna. Algo como el simple gesto de cruzar las piernas a mí hace unos años me parecía algo impensable. Ahora puedo hacerlo y me parece un lujo”.
Cuando hablamos con Irene de libros de ciencia, el primer nombre que le viene a la mente es el del polifacético Eduard Punset. De entre los best sellers del mediático divulgador, su preferido es El alma está en el cerebro. “Me gusta mucho la psicología. Me interesa la inteligencia emocional. La ciencia nos ayuda a descubrir nuestra psique, nuestros sistema nervioso central, nuestro cerebro, que es ese gran territorio inexplorado. El poder de la mente es algo tan fascinante y formidable que tenemos que seguir investigando y descubriendo. Aprendamos a usar un porcentaje mayor de nuestra capacidad mental, tan infrautilizada, y que eso sea para mejorar al ser humano, nuestras relaciones y el mundo en que vivimos”.
Entre los libros recientes, Irene destaca uno recién aterrizado en las mesas de novedades: El tsunami tecnológico (¡Y cómo surfearlo!), de Ángel Bonet, un manual para sumergirse en las tecnologías disruptivas y entender mejor cómo están ya entrando en nuestras vidas la robótica, la impresión 3D, la nanotecnología o el internet de las cosas.
También en #LaCienciaNoMuerde
– Christian Gálvez: “Leonardo era un científico que hacía arte para poder seguir investigando”
– Juan Luis Arsuaga: “La ciencia no tiene que ser divertida sino interesante”
– Álvaro Urquijo: “Pasar de la ciencia es pasar de lo que somos y nos rodea”
– Rubén Amon: “Los de letras crecimos viendo a las ciencias como el enemigo”
– Mariano Barbacid: “La ciencia es esa amiga que conviene tener cerca”
– Xurxo Mariño: “La ciencia es comprender el mundo con ilusión”
– Carmen Iglesias: “Los libros de ciencia ayudan a saciar el hambre de curiosidad”
– Antonio Muñoz Molina: “Necesitamos libros de ciencia para saber estar en el mundo”
– Rosa Montero: “Hay libros de ciencia que enganchan como la mejor novela”
Más cultura científica
#LaCienciaNoMuerde es un proyecto de la Fundación Lilly y hoyesarte.com que tiene entre sus objetivos contribuir al enriquecimiento de la cultura científica de la sociedad española. A través de esta iniciativa, personalidades de la cultura y la investigación animan a perderle el miedo a la ciencia recomendando obras de divulgación.
Por él han pasado personalidades como Álvaro Urquijo, cantante de Los Secretos, los novelistas Rosa Montero y Antonio Muñoz Molina, la historiadora Carmen Iglesias, autores como Rubén Amón, Irene Villa o Christian Gálvez, y nombres ligados a la ciencia española como Juan Luis Arsuaga, Xurxo Mariño, Mariano Barbacid, José Antonio Sacristán o José Manuel Sánchez Ron.