En su primera semana en Estados Unidos, vendió Inferno más de un millón de ejemplares. En Europa el desmadre no ha sido menor. Por consiguiente, varios millones de ojos andarán metidos a estas alturas en ese infernal paseo. Porque, de lo dicho hasta ahora cabe colegir que esta cosa con apariencia de libro es, realmente, infernal.
Uno le ha dado vueltas a escribir o no estas líneas, especialmente porque en hoyesarte.com buscamos lo que nos parece reseñable para contarlo y abrir la posibilidad de que otros lectores también puedan disfrutar de aquello que merece la pena.
Sin cargar la mano
Leemos y como lectores hablamos de lo que nos gusta y nunca, o casi nunca, cargamos la mano sobre aquello que no nos parece recomendable; simplemente lo obviamos. Pero hay límites, líneas rojas que no deben ser traspasadas. Esta es una de ellas.
Inferno no tiene pies; mucho menos cabeza. La supuesta trama se deshace como un azucarillo sin que se llegue a entender qué es lo que se pretende contar.
Los personajes no existen, todo lo más alcanzan a ser caricaturas de personajes que, merced a no se sabe bien que vientos, muy alejados de cualquier atisbo de narración coherente, surgen y se desvanecen sin cómo, ni cuándo, ni por qué.
Tiempo malgastado
Pensaba en el tiempo malgastado y en la diferencia abismal, por hablar del infierno, entre este «paquete» y la gloria de Dante que tituló La Divina Comedia (quien no la haya leído que corra a hacerlo cuanto antes) cuando me encuentro un artículo de Rodríguez Rivero que coincide cento per cento con lo que yo venía rumiando.
No se trata, por supuesto, de ponerse estupendos y rechazar por rechazar. Hay espléndidos bestsellers y blockbuster mucho más que dignos; pero no es el caso.
En fín, discúlpenme el desahogo pero escrito queda. Como Juan Goytisolo, en relación con lo literario, remarca: «La historia coloca a cada cual en el lugar que le corresponde; al innovador rebelde en el suyo, y a quienes confunden creatividad con éxito de ventas o visibilidad mediática en la plenitud de su nada».
Inferno
Dan Brown
Planeta
640 páginas