Con Vidas y muertes de Luis Martín-Santos, obra intensa y profundamente original (y eso es decir ya mucho al hablar de una biografía genero que tiende a lo ya establecido, al tópico) rompe a través de la mano de José Lázaro, psiquiatra también, el tono clásico de este tipo de libros.
Ganadora del Premio Comillas de Historia, Biografía y Memorias, este libro rescata a modo coral las voces de quienes conocieron al escritor desaparecido. De la mezcla de esas perspectivas y directas vivencias surge un texto clarificador y distinto, distinto en su enfoque, en su formato y en su puesta en escena, una obra que cubre el vacío documental hasta ahora existente en torno a una personalidad y una forma de enfocar la literatura realmente desbordantes.
Múltiples facetas
Se intuía. Lo hacían sospechar los pocos datos recogidos, los testimonios dispersos. Pero ahora queda claro, tras acercarse a este texto aglutinante, que Martín-Santos era un personaje peculiar. Y queda claro a través de las voces y los sentimientos de sus compinches de primeros juegos, de sus colegas de adolescencia y juventud, de sus médicos, de sus colaboradores, de los amigos de la edad adulta, de sus familiares… de quienes le vieron vivir y morir.
Insaciable lector, curioso visceral al que casi ningún tema dejó de interesarle, ingenioso contertulio, ocurrente y rápido, existencialista vocacional, científico ávido, intelectual de peso… son conceptos que afloran a la hora de definirle.
Militante antifranquista perseguido y encarcelado aunque proviniese de una prestigiosa familia de los “vencedores” de la guerra civil, la trayectoria vital de Martín-Santos presenta múltiples y complejas facetas. La sopesada indagación de José Lázaro llega a esta irrefutable conclusión. Para hacerlo se sirve de un, como queda dicho, originalísimo formato en el que se mezclan documentos, testimonios y géneros tan diversos como el reportaje, el relato biográfico, la historia oral, el diálogo, la reflexión, el análisis y la investigación.
El resultado permite profundizar no sólo en los ires y venires del escritor protagonista, sino en elementos esenciales de su obra como es todo lo que entronca con la memoria y el tiempo, la intimidad, la individualidad humana, la complejidad del pensamiento, la diversidad de las miradas; las opciones.
Entre el todo y la nada
Sabemos, por ejemplo y por empezar por el final, que sólo un año antes de morir Martín-Santos se declaraba feliz, o casi, habitante de una situación que, desde fuera, cumple muchos de los requisitos que permitirían catalogarla de envidiable. Casado con la persona que quería, padre de tres hijos sanos, profesional respetado en su puesto de máximo responsable del Psiquiátrico de San Sebastián, y autor cuya primera obra literaria había convulsionado una España que intentaba liberarse del óxido acumulado en las largas décadas del franquismo.
Hasta ahí todo bien. Pero el destino es, por naturaleza, imprevisible y en marzo de 1963 el suicidio de su mujer Rocío Laffón concitó aires de tragedia que, se confirmarían para el escritor de forma irreversible aquel lunes de marzo de vuelta de un fin de semana en Madrid. Como ha escrito Benjamín Prado, el camino entre todo y nada es corto y, a veces, no tiene regreso.
Desde la precisión del dato, la observación, el humanismo y el conocimiento Lázaro nos aproxima al personaje. Lo hace nuestro. “Hemos intentado acercarnos a Luis Martín-Santos a través de los testimonios de quienes le conocieron. Al menos, en la medida en que es posible conocer a un ser humano”. Gracias a esta obra esclarecedora, magnífica en su planteamiento, el lector tiene la sensación de que el incitante reto ha sido más que superado.
Vidas y muertes de Luis Martín-Santos
José Lázaro