Centrado en los años que discurren de 1944 a 1948, Europa en ruinas es un texto imprescindible que a través de las voces de quienes lo comprobaron en vivo y en directo, periodistas como Martha Gelborn, Edmund Wilson, Norman Lewis o Janet Fanner, y escritores como Alfred Döblin, Max Frisch o Stig Dagerman, nos acercan a un mundo en bancarrota. Aquella Europa de hace apenas sólo unas décadas.

Horror en directo

Escritas bajo la impresión directa del horror, las crónicas que nos transmitieron son, como apunta Enzensberger, «brutales y excéntricas, pavorosas y conmovedoras, como las que hoy nos llegan de los más desolados rincones del denominado Tercer Mundo». Por su crudeza, algunos de estos testimonios tuvieron en su momento dificultades para su publicación.

El aspecto que tenía Europa al final de la II Guerra Mundial es algo que no se pueden imaginar los que hayan nacido después. Ni las memorias más crudas, ni novela alguna es capaz de reproducir lo inimaginable de aquellos años. Quien quiera saber cómo fue, ha de recurrir a las impresiones directas de los que lo vivieron en su época.

Las imágenes más nítidas las han proporcionado los autores que siguieron a los ejércitos Aliados, los mejores reporteros de América y, posteriormente, los neutrales, «outsiders» que procedían de países no afectados directamente por la guerra y que, como expresan desde la conmoción, no daban crédito a lo que sus ojos veían.

Europa en ruinas nos arrastra como un torbellino y nos sitúa en un momento de la historia que parece lejano. «Los años en los que gente vivía en agujeros y entre los escombros, un tiempo en el que nadie era capaz de imaginar un futuro para el continente», concluye lacónicamente Enzensberger.

Intelectual de referencia

Historiador, poeta y ensayista, Hans Magnus Enzensberger nació en Kaufbeuren, Alemania, en 1929. Tras estudiar Literatura, Lenguas y Filosofía en las universidades de Erlangen, Friburgo, Hamburgo y París, formó parte del Grupo 47, inscrito en una corriente satírica que le vincula con el primer Brecht, sobresaliendo en su crítica mordaz e irónica de los convencionalismos sociales.

Durante muchos años fue considerado un rebelde por sus poemas agresivos y sus textos en prosa. El mismo Enzensberger lo explicó señalando que hay situaciones que “no se pueden presentar de otro modo”.

En distintas épocas de su vida ha vivido en Noruega, Italia, Estados Unidos y Cuba. En la actualidad reside en Múnich.

Su amplia y profunda obra lo ha erigido en uno de los intelectuales europeos más reconocidos. Entre sus numerosos galardones internacionales, en 2008 obtuvo el Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades.